Félix Cesario
No le será difícil encontrar al maestro Sergio Rivera, ni dejar de quererlo y admirarlo; una vez que usted, amiga lectora o amigo que lee esta columna, estará deseoso de conocer parte de la historia, y de la honestidad de nuestras y nuestros compatriotas, que al andar nos han legado el amor a la patria y de como hicieron parte de la historia.
Sergio Rivera al verlo así, a simple vista, aparentemente sereno, de andar lento, sonrisa suave que solo quienes lo conocemos, estamos claros que detrás de ese aspecto de su personalidad apaciguada -aparentemente- se escode o disimula de manera casi perfecta, una vorágine de insurrección popular.
Se le puede encontrar, de la manera más natural, en los senderos de los predios de la militarizada Universidad Nacional ex Autónoma de Honduras, UNXH, solo o en compañía del dirigente Estudiantil Cesario Padilla, platicando con el viejo marxista de generales conocidas a quien Sergio, no sé por qué admira tanto.
Siempre anda leyendo un libro diferente, como buen lector. Sergio le guarda un especial cariño y, de cuando en vez, les acompaña una diferente señorita.
Un día, el año pasado, el maestro Sergio Rivera estaba impartiendo su respectiva clase de Literatura y español, respectivamente cuando irrumpió una señora, con aspecto dictatorial, acompañada de una comitiva de sobalebas, al ver tanta arrogancia el maestro Rivera le pregunto de manera ponderada pero firme…”disculpe señora y usted quien es y que desea” a lo que contestó “Soy la Rectora puede continuar dando su clase”, dijo la interpelada. A lo que Sergio la increpo con suave energía y cólera contenida “sea quien sea usted abandone esta aula porque usted está violando la libertad de cátedra a que los docentes tenemos por ley y salgase de mi clase”. La rectora abandono el aula pero a las tres horas lo estaban citando a audiencias de descargo. Misma que el maestro Rivera acudió y con toda la cólera contenida sostuvo su derecho y lo afirmado y, agrego mucho más. Ese es el Sergio Rivera que yo conocí allá por los años 80s.
Ideológicamente no ha cambiado, por el contrario, ha acentuado mejor sus conocimientos del materialismo científico; Sergio Rivera es aquel jovencito que, en 1982, fue el presidente de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza (FESE). El mismo que en 1988 fue el presidente del Directorio Estudiantil de la Escuela Superior del Profesorado. Años más tarde, ya convertido en un docente a nivel medio y universitario, no se despegó de las actividades gremiales, se consolidó como vicepresidente del Colegio de Profesores de Educación Media (COPEMH) en 1997, en la que posteriormente se convertiría en Presidente en el 2006. Comunicador social, durante y después del golpe contra del presidente de Manuel Zelaya Rosales, en junio de 2009 en la dirección del programa “Avancemos” trasmitido por la insobornable Radio Gualcho.
Dicen –los no amigos- que fue tonto porque no robó y es verdad, el compañero Sergio Rivera vive en una colonia modesta al noroeste de la Capital. Anda por las calles y en las manifestaciones populares con su frente en alto, amigo de los amigos, patriota a tiempo completo. Así entró a la historia.