Cinco años después del partido que determinó el descenso de River Plate en el fútbol argentino, el árbitro de la revancha de aquella Promoción contra Belgrano, Sergio Pezzotta, contó una impactante historia al lado del titular del Sindicato de Árbitros, Guillermo Marconi.
Ambos personajes que tuvieron una participación directa en aquel encuentro confesaron que Julio Grondona, expresidente de la AF, y Cristina Kirchner, exmandataria de Argentina, intentaron evitar el histórico decenso. Ellos dijeron que el club de Núñez no podía perder la categoría, ya que traería muchos problemas.
«El 23 de junio, día posterior al primer partido en Córdoba, que pierde River, Grondona me pide juntarse en forma inmediata. Había estado con la Presidente de la Nación y le informó que tenía noticias de que si descendía River era un escándalo y habría focos de violencia en todo el país. Me manifestó esto y que el Colegio de Árbitros decidió que los encargados de dirigir eran Pezzotta o Pompei», confesó Marconi con Clarín.
Una vez se designó a Pezzota para arbitrar el choque, este debió someterse a la comunicación telefónica con el expresidente de la AFA. «Me saludó y me dijo: ‘Mire Pezzotta que si esto sale mal nos matan a todos, nos van a colgar del Obelisco», confesó el réferi sobre aquella conversación.
“Creo que tanto uno como otro estaban absolutamente presionados por ese partido. Una políticamente y el otro como responsable de lo que pudiera pasar, como que era un disparador social de algo que podía darse en el país. Bueno, en la cancha de River pasó lo que había anunciado la presidenta: un escándalo. No así en el país”, declaró Marconi.
En el partido hubo una jugada que pudo cambiar la historia: el penal que el defensor cordobés Chiqui Pérez le cometió al delantero Leandro Caruso. Pezzotta no lo cobró. “Cometí un error, me equivoqué porque estaba mal parado. Vi que llegan los dos a la pelota, patean y chocan. Y no fue lo que realmente pasó. Caruso alcanza a tocar la pelota y Pérez se lo lleva puesto. Y yo cobré córner”, recordó, entre lágrimas, el árbitro que no volvió dirigir más a River.
Esta jugada provocó que la barra brava de River se metiera al vestuario del árbitro en el entretiempo y amenazara a Pezzotta, quien recuerda aquel partido como uno de los momentos más duros de su vida. Tras el partido vivió bajo amenaza junto a toda su familia.
