Redacción. A pesar de los recientes trabajos de señalización vial en San Pedro Sula, es alarmante observar que las calles pintadas hace apenas un par de meses ya muestran un franco deterioro.
Esta rápida degradación de la pintura sugiere el uso de un material inadecuado, lo que plantea serias interrogantes: ¿por qué se está realizando tal inversión si los resultados son tan deficientes?

Pintura que se esfuma
Aunque las facturas indican la compra de pintura de tráfico, la adecuada para este tipo de obras, en la práctica Presemu compra una de menor calidad, que se desvanece rápidamente.
Por ejemplo, las zonas como el segundo anillo de circunvalación, donde pintaron los bordillos de amarillo en enero, ya en el mes de julio son casi imperceptible.
Fotografías divulgadas por la propia alcaldía en redes sociales muestran cubetas que no corresponden a pintura especial que los expertos llaman de tráfico y que tiene una durabilidad de más de cinco años.

Asimismo, la señalización del recién inaugurado vado “El Esfuerzo” fue realizado con pintura normal, no con la de tráfico, que es la adecuada. Actualmente esa señalización ya se está descascarando.
Consultados por Tiempo Digital, expertos en pintura confirmaron que el producto comprado por Presemu no es el adecuado, ya que esta pintura se “levanta o descascara” fácilmente porque no es para pavimento.
Explicaron que la pintura de tráfico está elaborada para durar hasta cinco años, por lo que tiene un precio más alto que la normal.

La diferencia de costos es clave: mientras una cubeta de pintura de tráfico puede costar 5,500 lempiras y durar hasta cinco años, la utilizada por Presemu ronda los 2,260 lempiras y desaparece en semanas.
Además, para cubrir cinco kilómetros de bordillos, apenas se requieren entre 5 y 6 cubetas bien diluidas con thinner, según los especialistas.

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Avanza el deterioro
El deterioro no se limita al segundo anillo. En la primera calle, los pasos peatonales, líneas y flechas, están casi borrados, y la señalización para personas con discapacidad es prácticamente inexistente.
La señalización de pasos peatonales y espacios reservados para personas con discapacidad no es un simple detalle estético, sino un elemento esencial para garantizar la seguridad y la inclusión en la vía pública.

Estas marcas no solo orientan el tránsito vehicular, sino que protegen la vida de los peatones al delimitar zonas seguras de cruce, especialmente en vías de alto flujo.
En el caso de las personas con movilidad reducida, contar con señales visibles y claras es una herramienta básica para ejercer su derecho a desplazarse con autonomía y dignidad en la ciudad.

La ausencia o el deterioro de estas señales representa una forma de exclusión y negligencia institucional.
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Compras sin licitación
La Gerencia de Prevención, Seguridad y Movilidad Urbana (Presemu), a cargo del ingeniero agrónomo Carlón Andrés Padilla Flores, ha estado comprando pintura no adecuada para señalizar calles y sin necesidad de licitar, es decir que cada mes hay que recomprar y repintar. Es un buen negocio, sin duda.
Una factura publicada en el Portal de Transparencia municipal, con fecha 30 de abril, registra la compra de 57 cubetas de pintura acrílica a base de solvente: 26 cubetas amarillas, 26 blancas y 6 azules por un total de 291,318 lempiras.

El documento detalla que se utilizaría para mantener pasos peatonales, flechas de giro, puntos de taxis, bordillos y bases de semáforos.
Desglosaron que la pintura amarilla tiene un precio de 4,320 lempiras, la blanca L4,500 y la azul L4,800, dejando un total en las 57 cubetas.
A esta se suma otra factura del 11 de abril, por 299,000 lempiras, destinada a aplicar pintura amarilla de “alta resistencia y secado rápido” en 5,000 metros en los laterales de calzada del bulevar de la 27 calle desde la intersección del segundo anillo periférico hasta el bulevar Las Torres del sector Satélite.

Licitación
A pesar del evidente desperdicio de recursos en pintura ineficaz, la Municipalidad adjudicó recientemente el millonario proyecto de señalización vial “Suministro e Instalación de Dispositivos de Seguridad Vial y Peatonal para el Municipio de San Pedro Sula, V Etapa”, tras varios intentos fallidos de licitación, producto de las maniobras de Padilla Flores.
Este proyecto fue adjudicado a la empresa Comunicación Vial de Centroamérica S.A. de C.V, quien presentó una propuesta de 20,926,463.75 lempiras.
Según las autoridades, esta oferta era la más “conveniente al interés” de la comuna sampedrana.

Con este proyecto, “buscan que se fortalezca la señalización y la protección de los peatones en las principales arterias urbanas”, justificaron las autoridades.
La contradicción es evidente: mientras se anuncia un megaproyecto de señalización con fondos millonarios, Presemu viene haciendo compras por separado, generando un gasto innecesario y poco eficiente.
¿Falta de planificación? ¿Descoordinación institucional? Lo cierto es que, al final, la ciudad sigue sin señalización clara y derrochando fondos públicos.

Investigación y transparencia
La situación actual exige una investigación exhaustiva por parte de los entes fiscalizadores del Estado.
Es crucial garantizar que el manejo de los fondos de los sampedranos en estas compras no esté beneficiando indebidamente a unos pocos, y que cada lempira invertido se traduzca en una señalización vial transparente y efectiva en beneficio directo de la ciudadanía de San Pedro Sula.

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