Es algo que no sólo le ha pasado a una, sino a muchas, por lo que se ha generado una lista de indicativos que nos harán distinguir más fácilmente si estas con el hombre equivocado o con un pastel que más vale probar y dejar ir.
El sitio faqmen.org hizo una recopilación de los diez síntomas que podrían alertarnos de estar con el hombre erróneo, algunos son los siguientes:
Tu mamá no lo puede ver. Así sin anestesia. Si bien casi todas las madres querrían en general “algo mejor” para su hija, hay ciertas cosas que es mejor oir. Por ejemplo si derechamente tu progenitora te dice que el galán en cuestión no te conviene. Si te invita a un viaje para ver si “conoces a alguien” o si te pide que no lo lleves al matrimonio de tu primo porque “es mucho mejor que vayas sola”.
Te sientes fea todo el tiempo. Una de las cosas que te hace sentir el estar en pareja es querida, linda, importante para el otro y si el caballero con que estás, hace exactamente lo contrario, diciéndote que estás gorda, que te pareces a Pepa Pig o sugiriéndote clínicas estéticas, la cosa no va bien.
Tu mejor amiga…tampoco lo quiere. Puede ser que tu madre, celosa de quién se llevará a su niña, no pase al candidato, pero que tu amiga, la que ha compartido tus penas de amor, la que te conoce hasta lo más mínimo secreto no lo pase, ahí la cosa es más complicada. Y si más encima te lo dice explícitamente, tal vez sea el momento de analizar con quien estás realmente.
Pelean demasiado, pero tú siempre lo justificas. Un día sin pelear es para hacer una fiesta, porque se levantan a la mañana discutiendo por quien entra primero al baño, cuánto se demoran, pelean por las tostadas al desayuno, por quien sale primero, etc, etc, etc. Simple, en un conflicto constante nadie puede vivir, tal vez ese no sea el príncipe azul.
Si pensaste “esto me pasa” al leer alguno de estos “síntomas” , te cuento que hay otras: como que no disfruta con tu éxito, lo pasas mejor cuando sales sola, te hace sentir insegura siempre, constantemente recuerdas las cosas que dejaste por él y (finalmente) nadie lo quiere.
