Redacción. Un acto ocurrido este jueves en el Congreso Nacional ha desatado fuertes cuestionamientos sobre el trato diferenciado que reciben los actores políticos en el país, luego de que se evidenciara un presunto sesgo por parte de los policías y seguridad del hemiciclo legislativo hacia representantes y colectivos del partido Libertad y Refundación (Libre).
El hecho se registró en horas de la tarde, cuando miembros del partido oficialista, acompañados por simpatizantes, se manifestaron en los bajos del Poder Legislativo. A diferencia de lo sucedido ayer con el Partido Liberal, los agentes de seguridad y la Policía Nacional permitieron el ingreso de los diputados oficialistas al recinto sin oponer resistencia ni realizar controles de seguridad habituales.
Según información de medios locales, los diputados del partido de gobierno, Rasel Tomé y Manuel Rodríguez, llegaron acompañados por una multitud. Al acercarse a la valla de seguridad, los agentes permitieron su paso sin realizar los registros protocolarios. La barrera fue retirada deliberadamente, y ambos legisladores accedieron al hemiciclo sin inconvenientes.

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¿Favoritismo?
En contraste, el pasado miércoles, los miembros de la bancada liberal y simpatizantes protestaron también en los bajos del Congreso, pero los agentes de seguridad y policiales respondieron con violencia cuando intentaron ingresar al hemiciclo.
Los legisladores Jorge Cálix, Mario Segura e Iroshka Elvir denunciaron que los agredieron físicamente. Asimismo, Julia Talbott, miembro liberal, resultó herida en una de sus manos, la cual sangraba profusamente tras el altercado con los agentes de seguridad.
Estas imágenes, ampliamente difundidas en redes sociales y medios de comunicación, provocaron indignación en distintos sectores de la sociedad, que cuestionaron lo que consideran un evidente trato desigual entre los diputados oficialistas y los de oposición.
El incidente ha reavivado el debate sobre el uso del poder público con fines partidarios, así como el rol que juegan los órganos de seguridad en escenarios de tensión política. Mientras tanto, el hemiciclo continúa siendo epicentro de disputas que no solo polarizan a la clase política, sino que también erosionan la confianza ciudadana.
