Redacción. La reunión del pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la cúpula militar de las Fuerzas Armadas (FFAA), encabezada por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, estuvo marcada por una inusual y excesiva presencia militar en los alrededores del búnker del órgano electoral.
Como si de una zona de guerra se tratase, Roosevelt Hernández llegó al encuentro escoltado por un convoy de camiones militares, patrullas y unidades motorizadas, acción que según sectores de oposición fue una clara muestra de intimidación para las consejeras Cossette López, del Partido Nacional y Ana Paola Hall, del Partido Liberal.
Hostil actitud
La sesión estaba destinada a recibir un informe de las Fuerzas Armadas sobre las elecciones primarias del 9 de marzo. Sin embargo, el hostil temperamento del militar obligó a la cancelación de la misma, según la consejera López.
La funcionaria denunció gritos y faltas de respeto del cuestionado militar, quien desde el inicio de sus labores ha mostrado una marcada inclinación a cuestiones políticas ajenas a sus funciones en la institución castrense.
Afuera del recinto, decenas de uniformados fuertemente armados esperaban la salida del jerarca. En la zona inclusive había presencia de escuadrones caninos, sin justificación alguna.
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Los accesos fueron bloqueados, así como los tres niveles de estacionamiento del hotel que alberga oficinas del CNE. La orden se convirtió en un nadie sale y nadie entra.
El tenso ambiente, las decenas de militares armados en cada esquina y la actitud hostil del jerarca obligaron a López a cancelar la junta por su seguridad.
Al parecer, el jefe de las FFAA confundió una reunión que debió desarrollarse con altura, diálogo y enmarcada en el respeto, con un operativo militar en una zona de peligro de muerte.
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“No es correcto”
Al respecto, Isaías Barahona, general de las FFAA en condición de retiro, cuestionó la falta de diálogo entre ambas partes, señalando que debe haber seriedad en tan delicados temas.
“La situación es lamentable, se observa un desacierto total. Las dos instituciones están ordenadas constitucionalmente para llevar a cabo un proceso que no es voluntario, si les gusta y si quieren o no”, declaró a Diario Tiempo.
Barahona explicó que, para haber un despliegue de tales proporciones, primero se debe analizar el lugar, el contexto e incluso si representa un peligro o no.
Tal explicación refuerza la tesis sobre una intimidación militar, puesto que el encuentro con los consejeros no representaba peligro alguno para Hernández.
Barahona instó a los implicados a disculparse ante el pueblo si la situación lo amerita. También dijo que las partes deben aceptar sus cuotas de responsabilidad en caso de tenerla.
“Cualquiera que tenga responsabilidades, si no la puede cumplir, lo lógico es disculparse y corregir lo que no esté bien para seguir adelante”, concluyó.