El Salvador ya tiene a su primer santo, el monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien murió asesinado en 1980, fue canonizado ayer en una ceremonia en El Vaticano.
El papa Francisco dijo que es «hermoso» que monseñor Romero sea reconocido junto al Papa Pablo VI y los demás santos.
Además, destacó que el salvadoreño «dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el evangelio» cercano a los pobres.
La ceremonia
El Papa Francisco ingresó puntual a la plaza San Pedro. Luego de los cantos iniciales, se procedió a leer las biografías de los beatos que serían canonizados.
Inició con el Papa VI, beatificado el 19 de octubre de 2014, de quien destacaron guió a la iglesia durante el diálogo con la modernidad y la mantuvo unida durante la crisis posconciliar.
Luego, llegó el turno de Óscar Arnulfo Romero, a quien se refirió como un párroco con pasión a la actividad pastoral. Además, en su biografía destaca que se dedicó a la defensa de los pobres. Lo nombraron obispo de Santiago de María, «en plena represión social y política».
Cabe señalar que, el histórico evento lo siguieron miles de salvadoreños alrededor del mundo.
Unos siete mil viajaron hasta la Plaza de San Pedro para vivir de cerca la elevación de Romero a los altares.
En tanto, otros estaban en las parroquias salvadoreñas y otros siguen la ceremonia por televisión o internet.
Asimismo, la iglesia católica en El Salvador transmitió la ceremonia en pantallas gigantes instaladas tanto en la catedral metropolitana como en otras parroquias a lo largo del país.
Dato:
Lo llaman ‘santo de América’ desde la declaración de su martirio en 2015. Su beatificación tuvo lugar en mayo de ese mismo año en la plaza Divino Salvador del Mundo en la capital salvadoreña. El nombre oficial que la iglesia le otorga como santo, sin embargo, es San Óscar Arnulfo Romero, obispo y mártir.
