Sanguinaria será la guerra narco tras secuestro del hijo de El Chapo

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MEXICO.-La caída del capo del cártel de Sinaloa intensificó las disputas por territorio en el negocio del tráfico de drogas, donde gana protagonismo el brutal Cártel Jalisco Nueva Generación.

La madrugada del 15 de agosto es una fecha que puede marcar el nuevo episodio de la guerra contra las drogas en México. Ese día, un grupo de al menos seis personas fue secuestrado del restaurante conocido como «La Leche», en el destino turístico de Puerto Vallarta, Jalisco, al occidente del país.

En un México donde en una década han desaparecido entre 22.000 y 27.000 personas, seis más pudieron haber pasado desapercibidas, pero el caso tomó notoriedad cuando la Fiscalía de Jalisco confirmó que uno de los secuestrados era Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del mítico Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, líder de uno de los cárteles de la droga más poderos del mundo, el de Sinaloa.

Según los informes de la Fiscalía, ese día, como se observa en un video que desde el miércoles circula en redes sociales, un grupo de 16 personas celebraba el cumpleaños de Guzmán Salazar cuando un comando de aproximadamente siete sujetos arribó al lugar y sin un solo tiro se llevó a seis de los invitados, entre ellos al hijo del capo.

«El Alfredillo» no sólo es hijo de uno de los capos más célebres de todos los tiempos, él también empezó a forjar su historia en el mundo de las drogas desde 2009 cuando junto con otros hijos de líderes del cártel de Sinaloa se hizo cargo del trasiego de estupefacientes a Estados Unidos, Centro y Sudamérica.

Fichado por la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) desde hace siete años, Guzmán Salazar empezó a cobrar fama por utilizar todos los medios a su alcance para traficar: desde lanchas hasta aviones de carga Boeing 747 y submarinos.

El actor Sean Penn, quien en octubre del año pasado se entrevistó con «El Chapo», cuando todavía estaba prófugo, describió a Alfredo como «un tipo bien parecido, delgado y bien vestido, con un reloj de pulsera que podría tener más valor que todo el dinero que albergan los bancos centrales de la mayoría de las naciones. Tiene un reloj espectacular». La famosa fotografía de Penn con el capo mexicano que publicó la revista estadounidense Rolling Stone habría sido tomada con el móvil de «El Alfredillo» al igual que una selfie en la que aparece con la actriz mexicana Kate del Castillo.

Alfredo Guzmán cobra relevancia no sólo por su rango de lugarteniente dentro del cártel que fundó su padre sino porque de su sobrevivencia puede depender el futuro de la disputa de los cárteles por el territorio mexicano y las rutas que dominan alrededor del mundo.

En 2012, el diario estadounidense The New York Times estimó que el cártel de Sinaloa obtendría al año ganancias por aproximadamente 3.000 millones de dólares, el equivalente a los ingresos de empresas como Facebook o Netflix y casi la mitad de los 6.900 millones de dólares que obtiene al año todo el narco mexicano en su conjunto.

Además: Revelan vídeo de cómo fue el secuestro del hijo del ‘Chapo’

El secuestro de Guzmán Salazar se presenta no sólo en un momento en que en México se cumplen 10 años de la guerra contra las drogas sino también después de sangrientos enfrentamientos en distintos puntos del país provocados por el reacomodo de cárteles.

En este reacomodo se han quedado en el camino importantes grupos delictivos como Los Zetas –que disputaban Centroamérica al cártel de Sinaloa– y Los Caballeros Templarios – que controlaban el tráfico de minerales a China y el comercio de droga en parte del occidente mexicano– para dar paso a sólo dos grandes cárteles: el de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que en sus orígenes fue un brazo de Guzmán Loera, cuya función principal era arrebatar plazas a Los Zetas y evitar su llegada a Jalisco, plaza entonces dominada por los sinaloenses.

Cuando se pregunta a expertos en seguridad qué pasará con la desaparición del hijo mayor de «El Chapo», los pronósticos afirman que mucho dependerá de si aparece vivo o muerto, pero en cualquiera de los dos supuestos se puede esperar una época con «distintos liderazgos, menos reglas y más brutalidad», advierte Guadalupe Correa Cabrera, profesora asociada de la Universidad de Texas, en Brownsville, Estados Unidos.

El secuestro de Guzmán Salazar, de acuerdo con la académica de la Universidad de Texas es precisamente una prueba de hasta dónde puede llegar la reconfiguración de los cárteles, que augura para México una nueva etapa de violencia y la consolidación del CJNG, reza el artículo publicado por Infobae.