Redacción. Este martes varios conductores de buses realizaron un paro de unidades frente a las instalaciones de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) en San Pedro Sula, Cortés, al norte de Honduras.
La paralización, que involucró a unos 200 buses de diversas rutas, generó un severo congestionamiento vial y afectó a los ciudadanos que transitan por esta importante arteria de la ciudad.
Los motoristas del sector Planeta, Céleo Gonzáles y zonas aledañas exigen mayor seguridad, al sentirse desprotegidos ante la constante ola de asaltos y hechos violentos que a diario afectan a transportistas y usuarios.
«Somos afectados tanto los transportistas como los usuarios de tantos asaltos que hay hoy en día», indicó uno de los afectados. Añadió que un ayudante resultó herido con una bala en el tobillo recientemente y a un motorista lo golpearon con un arma de fuego durante un asalto.
La violencia también alcanzó a los pasajeros. Se reportó que la hija de un usuario recibió un impacto de bala y se encuentra actualmente en recuperación.
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La audacia de los delincuentes es tal que, mientras los dirigentes se encontraban en la estación policial intentando interponer las denuncias y pedir atención, recibieron la noticia de otro asalto.
«Estábamos poniendo la denuncia, peleando para que nos atendieran, y en lo que estábamos ahí nos llamó un compañero que había sido asaltado. Inmediatamente lo mandamos a llamar y ahorita está poniendo la denuncia», externó.
Respuesta policial
La principal crítica de los manifestantes se centra en la actuación de la Policía Nacional, dado que señalan que los operativos se enfocan en la verificación de documentos en lugar de garantizar la seguridad en las unidades.
Un afectado del sector fue contundente. «Lo que se hace por parte de la Policía es operativo de tránsito, que lo que nos piden es la licencia y revisión. Lo que queremos es seguridad para que el usuario se sienta en confianza de trabajar en las unidades».
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La situación ha provocado que la población viva en constante zozobra. El motorista resumió el sentimiento general: «El usuario teme por su vida, igual los choferes y ayudantes. Estamos de rodillas ante tanto asalto».
Los transportistas advirtieron que, si no reciben el respaldo policial necesario ni se implementan estrategias de seguridad concretas, la situación podría empeorar.
