San Pedro Sula, Honduras. A casi un mes de que la Municipalidad anunciara el inicio del proyecto de señalización vial, tras años de retraso en su adjudicación, las líneas recién pintadas ya comenzaron a borrarse. La obra representa una inversión cercana a los 21 millones de lempiras.
Durante la sesión número 138, la Corporación Municipal adjudicó el contrato, titulado “Suministro e instalación de dispositivos de seguridad vial y peatonal para el municipio de San Pedro Sula, V etapa”, a la empresa Comunicación Vial de Centroamérica por un monto exacto de L20,926,463.75.
Según la versión oficial, la propuesta resultó ser “la más conveniente al interés de la Municipalidad” y contaba con disponibilidad presupuestaria.

La empresa arrancó labores el pasado 7 de septiembre, comenzando con el pintado de pasos peatonales y líneas de carriles en el bulevar Los Próceres y la primera calle.
Pero en menos de cuatro semanas, la pintura comenzó a desvanecerse.

EMPIEZA A DESVANECERSE
A menos de un mes de haber sido aplicada, la pintura utilizada en pasos peatonales y líneas de carriles en diversos puntos de San Pedro Sula ya muestra un notable deterioro.
En puntos como la primera calle y la novena avenida del barrio Guamilito, donde pintaron los pasos de cebra el 17 de septiembre, las franjas blancas ya perdieron intensidad. Algunas lucen borrosas o apenas visibles.
Una situación similar se observa en la intersección de la primera calle con quinta avenida, donde las señales horizontales también se van despintando.

En varios segmentos de la primera calle, la señalización vial no solo es inconsistente, sino también desordenada.
Pese al uso de maquinaria especializada para el trazado, las líneas no mantienen una buena alineación ni cumplen con los estándares técnicos de visibilidad y simetría requeridos para este tipo de obra.
Aunque el deterioro no es total aún, la ciudadanía cuestiona la calidad de los materiales y la ejecución del proyecto, especialmente al tratarse de una obra valorada en más de 20 millones de lempiras.
La principal incógnita gira en torno al tipo de pintura utilizado. Expertos en señalización vial consultados por este medio afirman que la pintura de tráfico, cuando cumple con las especificaciones técnicas internacionales, tiene una durabilidad de hasta cinco años, incluso expuesta a condiciones climáticas severas y alto flujo vehicular.
Hasta ahora, se desconoce con certeza el tipo de material empleado en las calles de San Pedro Sula, ya que Presemu no ha brindado detalles técnicos del contrato, y tampoco se han mostrado certificaciones o fichas técnicas de los productos usados.

“Supervisión”
La pregunta ahora es: ¿quién supervisa realmente la obra? Según el contrato, la responsabilidad recae en Presemu, bajo la gerencia del agrónomo Carlos Andrés Padilla Flores.
Presemu debería de velar por el cumplimiento técnico y la calidad de los materiales que se están utilizando en la señalización.

No obstante, al funcionario solo se le observó presente el primer día de los trabajos; después, únicamente se ha visto a policías municipales acompañando las labores.
Cabe señalar que al funcionario es más habitual verlo en eventos o proyectos ajenos a su dependencia.
Un patrón que se repite
Este no sería un caso aislado. Meses atrás, Diario Tiempo reveló que Presemu, bajo la misma gestión, habría utilizado pintura común en proyectos anteriores, pese a que las facturas reportaban la compra de pintura de tráfico.
El resultado fue visible: los bordillos del segundo anillo, pintados en enero, estaban prácticamente borrados para julio.
Incluso, fotografías difundidas por la propia alcaldía mostraban cubetas de pintura que no correspondían a las especificaciones técnicas de tránsito, cuya durabilidad supera los cinco años.

Los expertos confirmaron entonces que se trataba de un material inadecuado para el pavimento, fácilmente descascarable.
Fuentes indicaron que, debido a estas irregularidades, el gerente de Presemu estaría siendo investigado por el Ministerio Público. Aunque no se brindaron más detalles por tratarse de un caso en investigación.
Lo que prometía ser un paso importante hacia la seguridad vial en San Pedro Sula, ha terminado, una vez más, reflejando un camino marcado por la improvisación, la falta de control y la desidia institucional, encabezada por el gerente Carlos Andrés Padilla.
Presemu se convirtió en el mayor foco de opacidad dentro de la administración actual, que sigue fallando en temas clave como la señalización, el ordenamiento vial y el control urbano.
Carlos Padilla, pese a no mostrar resultados, se aferra al cargo desde 2023, cuando lo trasladaron desde una unidad ambiental a la gerencia de Presemu.
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