Oswaldo Martínez Alvarez
La misión médica cubana en San Pedro Sula tuvo que retirarse de la ciudad por el incumplimiento del alcalde, Armando Calidonio, de apoyar con la logística necesaria a esta brigada. Calidonio a comienzos de su mandato se reunió con el embajador de Cuba en Honduras, Sergio Oliva, y con el jefe de la brigada médica cubana, doctor Orlando Alvarez, para ratificarles su apoyo para que la misión siguiera operando en esta ciudad. Sin embargo, el alcalde no cumplió, específicamente en el acuerdo de pagar la casa que por casi 16 años hospedó a los médicos cubanos.
Hace un mes, los médicos tuvieron que salir apurados de la residencia en la colonia Las Mercedes de San Pedro Sula. Gracias a la solidaridad del presidente del SINPRODOH, Bertín Alfaro Bonilla, se logró apoyarles ubicándolos en El Progreso, mientras se hacían las gestiones necesarias para reubicarlos en otros lugares.
Un caso inconcebible, un acto de desprecio a la salud de los sampedranos más pobres y marginados. Los médicos cubanos estuvieron por años atendiendo en el Hospital Mario Catarino Rivas, en el Seguro Social y en varios centros de salud. Realizaron miles de consultas y se involucraron voluntariamente en los trabajos de toda la red hospitalaria de la zona.
Nos preguntamos: ¿cómo es posible que el alcalde Calidonio haya incumplido con este acuerdo, cuando San Pedro Sula necesita de más médicos para atender las demandas de su población? ¿Hubo algún tipo de presión política para que los médicos cubanos no siguieran en la ciudad? ¿Por qué se firma un acuerdo al más alto nivel y después no se cumple?.
A la casa de los médicos cubanos llegaba la gente pobre de distintos barrios marginados. Iban en busca de una consulta porque no tenían dinero para pagar una clínica privada. Llegaban hasta altas horas de la noche y siempre encontraron la atención de los doctores, ahí nunca se les cerró las puertas o se les dijo que eran horas inhábiles para chequearlos.
Desde que las brigadas médicas cubanas llegaron a Honduras, cuando el huracán Mitch devastó el país, contaron con el respaldo de este pueblo y de sus organizaciones. Su abnegación hacia los pacientes les ganó muchas simpatías y solidaridad. Miles de hondureños fueron beneficiados con la operación gratuita de distintas enfermedades de la vista, especialmente de catarata y sterigium. De repente este gesto de nobleza humanitaria no gustó a un reducido sector mercantil del país. Por ejemplo, una fuerte brigada oftalmológica cubana estuvo por muchos años en la ciudad de Choloma beneficiando a la gente humilde con sus chequeos y operaciones gratuitas. Comenzó toda una campaña de intimidación en contra de ellos, les asaltaron la casa y la clínica donde atendían y los encargados de la brigada optaron por cerrar la misión en esa ciudad.
Hace un par de meses, se cerró el centro oftalmológico en San José Colinas porque comenzaron a recibir amenazas de muerte.
Por ejemplo, las brigadas médicas cubanas han favorecido a Honduras durante sus años de estadía en el país, efectuando 12 millones 597 mil 207 visitas a centenares de comunidades, han realizado 753 mil 604 operaciones, asimismo han atendido 152 mil 396 partos y 6 millones 121 mil 770 atenciones de enfermería, así como 816 mil 443 exámenes de laboratorio, han salvado de morir a más de 248 mil hondureños que si no eran atendidos por un médico su fallecimiento era inminente.
Un digno ejemplo de solidaridad militante, una muestra de un claro servicio desinteresado, un cumplimiento literal, en teoría y práctica, del juramento Hipocrático, un apego irrestricto a las enseñanzas de su revolución, un apostolado de alta humanidad.
Es «el ejército de las batas blancas» como dijo Fidel Castro, hermanándose con los pueblos del mundo sin distinciones de raza ni ideologías políticas. El mismo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, reconoció que su país tenía mucho que aprender de los avances científicos de la medicina cubana.
San Pedro Sula se quedó sin los médicos cubanos. Qué triste realidad.
Periodista y cantor callejero.
