Redacción. La situación en Estados Unidos se vuelve cada vez más incierta. Mientras algunos migrantes temen ser deportados, otros enfrentan la situación con más tranquilidad, sin alarmarse por las nuevas políticas implementadas por Donald Trump.
En Tacoma Park, Maryland, un migrante salvadoreño compartió su testimonio sobre la vida de los hispanos en USA y su perspectiva sobre las políticas migratorias del expresidente Donald Trump, un tema que sigue generando controversia y división entre las comunidades afectadas.
”¿Qué pienso de la política de Donald Trump, hermano? Mire, realmente no tengo miedo. Yo respeto mucho a Donald Trump, porque cuando a mí me iban a deportar, él me dio unos papeles. Entonces, ¿yo? Me miran así, pero yo tengo papeles. Por eso, mi respeto para Donald Trump, y lo quiero mucho”, afirma con seguridad.
Para él, la figura del expresidente representa un contraste inesperado con las percepciones comunes sobre sus políticas migratorias.
“Soy de El Salvador, y yo sé que es un señor que entiende la vida que uno lleva como hispano. Tal vez él alcanzó un castillo, pero nosotros no nos ahuevamos. Algún día Dios nos va a ayudar,” agrega con optimismo.
Sin embargo, esta opinión no elimina el miedo generalizado que persiste entre los inmigrantes. “La verdad, hemos estado algo asustados a la vez, y a la vez no. Ya no se trabaja bien. Si sale uno a buscar trabajo, no sabe si regresa a casa. Tenemos familia, hijos, y somos el sustento. Ese es nuestro miedo, que de repente no volvamos,” dice mientras mira a su alrededor en busca de posibles empleadores.
Inmigrantes en USA
En Tacoma Park, donde antes se reunía un gran número de personas esperando trabajos temporales, la presencia de inmigrantes ha disminuido drásticamente. “La gente ya no viene. Tiene miedo. Miedo de que inmigración llegue y no puedan regresar con su familia,” explica.
A pesar de los temores, este salvadoreño mantiene su fe intacta: “Siempre salimos recomendados a la mano de Dios. Todo es posible con Dios. Pero sí, uno sale con miedo, pensando en la posibilidad de no regresar”.
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Su testimonio refleja la complejidad de la vida migrante en Estados Unidos, donde las políticas y el temor constante coexisten con la esperanza de construir un futuro mejor. Aunque su caso es uno de éxito dentro de un sistema incierto, reconoce que la realidad para muchos de sus compatriotas sigue siendo profundamente precaria.