Redacción. El estrés crónico deja huellas profundas en el organismo, y ahora la inteligencia artificial permite medir su efecto acumulado de manera objetiva a través de tomografías computarizadas (CT) de tórax. Investigadores de la Johns Hopkins University desarrollaron un modelo que analiza el volumen de las glándulas suprarrenales, generando un índice llamado Adrenal Volume Index (AVI), capaz de reflejar la carga prolongada de estrés.
El estudio involucró a aproximadamente 2.800 adultos del Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis. Los resultados mostraron que un AVI elevado se correlaciona con niveles altos de cortisol, mayor masa ventricular izquierda y riesgo incrementado de insuficiencia cardíaca y mortalidad tras hasta diez años de seguimiento.
“Por primera vez se logra observar la carga prolongada del estrés en el cuerpo mediante tomografías rutinarias, sin depender exclusivamente de cuestionarios o mediciones puntuales de cortisol, que no siempre reflejan el daño real en los órganos”, explicó Shadpour Demehri, profesor de radiología en Johns Hopkins.
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Cómo funciona el AVI
El modelo de deep learning segmenta automáticamente las glándulas suprarrenales en 3D y calcula su volumen de forma rápida y consistente, evitando variaciones entre observadores y la laboriosa segmentación manual. Esto permite aplicar el índice a grandes bases de datos o estudios de rutina, incluso en hospitales con recursos limitados. Esto usando imágenes que los pacientes ya se realizaron por otros motivos.
El AVI se vincula además con parámetros bioquímicos y psicosociales, como el “allostatic load”, indicador del desgaste corporal por estrés sostenido. Según Teresa E. Seeman, investigadora de la University of California, Los Ángeles, este hallazgo permite relacionar el volumen suprarrenal observado en imágenes rutinarias con medidas biológicas y psicológicas validadas del estrés.

Relevancia para la salud cardiovascular
Un índice elevado de AVI identifica pacientes con mayor riesgo de complicaciones cardíacas:
- Incremento de la masa ventricular izquierda, un factor de riesgo para insuficiencia cardíaca.
- Mayor riesgo de mortalidad a 10 años.
- Posibilidad de clasificar de manera más precisa a pacientes con riesgo intermedio, que podrían requerir estrategias de prevención más intensivas.
Ventajas frente a métodos tradicionales
Hasta ahora, la evaluación del estrés crónico se apoyaba en cuestionarios, mediciones puntuales de cortisol y marcadores inflamatorios. Estos métodos dependen del estado emocional del paciente, horarios de medición o adherencia a protocolos. En cambio, el AVI ofrece una medida estable y acumulativa, reflejando cómo respondió el eje adrenal al estrés durante meses o años.
“No reemplaza los métodos tradicionales, pero los complementa con una medida anatómica objetiva y reproducible”, señaló Ferrario.
Implicaciones futuras
La incorporación del AVI en la práctica clínica podría:
- Mejorar la estratificación del riesgo cardiovascular.
- Servir como guía para prevención personalizada, enfocando recursos en pacientes con carga de estrés elevada.
- Abrir nuevas líneas de investigación sobre la relación entre estrés crónico y enfermedad cardiovascular.
Este avance marca un cambio de paradigma: las imágenes médicas podrían dejar de mostrar únicamente la anatomía y la enfermedad existente, y empezar a revelar el impacto acumulado del estrés en el cuerpo, ofreciendo oportunidades únicas para la prevención y la medicina personalizada.
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