Redacción. La papaya no solo destaca por su sabor dulce y su pulpa anaranjada, sino también por su papel como apoyo natural en el control del colesterol y el cuidado del corazón. Gracias a su combinación de fibra, antioxidantes y micronutrientes esenciales, esta fruta tropical ha sido reconocida por especialistas en nutrición y respaldada por instituciones médicas internacionales como Harvard, Cleveland Clinic y la American Heart Association.
Uno de los principales beneficios de la papaya reside en su alto contenido de fibra dietética, la cual ayuda a limitar la absorción de colesterol en el intestino, favoreciendo niveles más bajos en la sangre. Este efecto es clave para reducir el colesterol total y el LDL, conocido como “colesterol malo”.
A ello se suma su riqueza en antioxidantes naturales, especialmente vitaminas A, C y E, que protegen al colesterol LDL de la oxidación. Este proceso es determinante, ya que el colesterol oxidado es el que contribuye a la formación de placas en las arterias y eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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Licopeno, potasio y protección cardiovascular
La papaya contiene licopeno, luteína y otros carotenoides, compuestos que ayudan a mejorar la circulación sanguínea y a disminuir la inflamación de los vasos. Según reportes de la American Heart Association News, el licopeno se asocia con una menor incidencia de infartos y accidentes cerebrovasculares.
Además, su aporte de potasio favorece la relajación de los vasos sanguíneos y contribuye a mantener una presión arterial saludable. La dietista Julia Zumpano, de la Cleveland Clinic, señala que los alimentos ricos en potasio desempeñan un papel importante en la salud del sistema cardiovascular.
Nutrientes que suman bienestar
Más allá del colesterol, la papaya aporta otros beneficios relevantes:
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Ácido fólico, que ayuda a regular los niveles de homocisteína, un aminoácido vinculado al riesgo cardiovascular.
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Betacaroteno, esencial para la salud visual y la protección celular.
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Papaína, una enzima que facilita la digestión de proteínas y mejora el funcionamiento del sistema digestivo.
Incluso, versiones de papaya fermentada han mostrado efectos positivos en la regulación de la glucosa en sangre, aunque no se recomienda su consumo en personas bajo tratamiento con insulina o medicamentos para la diabetes sin supervisión médica.

Valor nutricional destacado
Una papaya mediana aporta alrededor de 120 calorías, cerca de 5 gramos de fibra y más de 95 miligramos de vitamina C, lo que cubre más del 100 % de la ingesta diaria recomendada. También proporciona minerales como calcio, magnesio, cobre y aproximadamente 286 miligramos de potasio por pieza pequeña, reforzando su perfil cardioprotector.
Su bajo contenido calórico y alto valor nutricional la convierten en una opción accesible para distintos planes alimenticios.
Formas prácticas de incorporarla a la dieta
La papaya es fácil de integrar en la alimentación diaria:
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Consumirla fresca en el desayuno o como merienda.
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Añadirla a ensaladas de frutas, licuados o yogur.
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Combinarla con cereales para potenciar la absorción de nutrientes.
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Usarla en cubos congelados para bebidas refrescantes.
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Aprovecharla en marinadas, ya que la papaína ayuda a ablandar carnes.
Las semillas pueden utilizarse ocasionalmente, en pequeñas cantidades, como condimento, aunque un consumo excesivo puede causar molestias digestivas.
Incluir papaya de forma regular puede contribuir al control del colesterol alto, reforzar la salud cardiovascular y aportar antioxidantes esenciales al organismo. Por su versatilidad, sabor y beneficios comprobados, esta fruta tropical se consolida como una aliada natural para quienes buscan cuidar el corazón a través de la alimentación.
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