Redacción. La relación entre lo que comemos y la salud cardiovascular está ampliamente documentada por la ciencia. Cardiólogos y especialistas en nutrición coinciden en que ciertos alimentos, consumidos de forma habitual, pueden aumentar el riesgo de enfermedades del corazón al elevar el colesterol “malo” (LDL), los triglicéridos, la presión arterial y el peso corporal.
De acuerdo con recomendaciones difundidas por Men’s Health y Harvard Health Publishing, una alimentación orientada al cuidado del corazón debe priorizar fibra, grasas saludables, antioxidantes y minerales como potasio y magnesio. Sin embargo, también es clave identificar aquellos productos que conviene limitar o evitar para reducir los factores de riesgo cardiovascular.
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Productos que los especialistas recomiendan restringir
1. Carnes rojas y procesadas
Embutidos, salchichas, fiambres y carnes curadas contienen altas cantidades de grasas saturadas y sodio, dos elementos directamente relacionados con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
2. Papas fritas y snacks industriales
Suelen elaborarse con aceites de baja calidad y grandes cantidades de sal. Su consumo frecuente favorece la hipertensión arterial y la formación de placas en las arterias.
3. Donas y bollería dulce
Estos productos combinan azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas trans, lo que impacta negativamente en la salud arterial y el metabolismo.
4. Croissants y panadería industrial
Preparados con mantequilla, margarina o grasas poco saludables, aportan grasas saturadas y azúcar con escaso valor nutricional.
5. Margarinas y mantecas
Algunas versiones contienen grasas trans, asociadas con aumento del colesterol LDL e inflamación vascular.
6. Helados
Aportan grandes cantidades de azúcar y grasas saturadas, con un bajo contenido de nutrientes esenciales.
7. Salsas industriales y aderezos comerciales
Aunque se consumen en pequeñas porciones, suelen concentrar sodio, azúcares ocultos y aceites de mala calidad.
Los expertos aclaran que no se trata de prohibiciones absolutas, sino de reducir la frecuencia y el tamaño de las porciones. Limitar estos alimentos y no convertirlos en la base de la dieta diaria contribuye de forma significativa a proteger el sistema cardiovascular.

Alternativas más saludables
Para reemplazar estos productos, los especialistas sugieren optar por legumbres, pescado azul y carnes magras sin piel en lugar de embutidos; preparar alimentos al horno, al vapor o en freidora de aire en vez de fritos; y elegir frutas, yogur natural o frutos secos sin sal como snacks.
En bebidas, el agua —natural o con gas—, infusiones sin azúcar y té sin endulzantes resultan opciones más saludables. Además, se recomienda priorizar el aceite de oliva virgen extra, salsas caseras y cereales integrales en lugar de harinas refinadas.
Un enfoque clave para la prevención
Según Men’s Health y Harvard Health Publishing, adoptar una dieta basada en alimentos naturales y frescos, y reducir la presencia de productos ultraprocesados, permite mejorar el perfil metabólico y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas a largo plazo.
Cuidar el corazón no implica renunciar al sabor, sino tomar decisiones más conscientes en la alimentación diaria, con beneficios sostenibles para la salud y la calidad de vida.
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