Redacción. La vitamina B12, conocida popularmente como la “vitamina de la energía”, juega un papel esencial en el funcionamiento del sistema nervioso, la formación de glóbulos rojos y la producción de ADN. Su deficiencia, un problema común y muchas veces silencioso, puede pasar inadvertida durante años, pero sus efectos sobre la salud son significativos si no se detecta a tiempo.
Señales tempranas de alerta
Expertos citados por Women’s Health destacan que el cuerpo emite señales específicas cuando los niveles de B12 son insuficientes. Reconocerlas permite intervenir antes de que se produzcan complicaciones graves. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
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Fatiga o debilidad inusual: La falta de B12 reduce la producción de glóbulos rojos, lo que puede derivar en anemia y sensación persistente de agotamiento. El doctor Michael Roizen, director de bienestar del Instituto de Bienestar de la Clínica Cleveland, señala: “Pueden pasar de tres a cuatro años antes de que notes algún signo de deficiencia de B12”.
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Hormigueo en manos y pies: La vitamina B12 es esencial para la producción de mielina, la sustancia que protege los nervios. Cuando sus niveles bajan, la mielina se degrada, ralentizando los impulsos nerviosos y provocando sensaciones de hormigueo o adormecimiento.
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Pérdida de equilibrio: La degradación de la mielina afecta la propiocepción, es decir, la percepción de la posición del cuerpo en el espacio. Esto aumenta el riesgo de caídas, especialmente en adultos mayores.
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Problemas cognitivos: Olvidos frecuentes, confusión o dificultad para concentrarse pueden ser signos de que la deficiencia de B12 está afectando el cerebro. Estudios recientes publicados en Annals of Neurology muestran que niveles bajos de vitamina B12 activa se asocian con daño en la sustancia blanca cerebral y un rendimiento cognitivo más bajo.
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Cambios de ánimo: La depresión y un estado de ánimo bajo sin causa aparente pueden estar relacionados con la falta de B12, que interviene en la función cerebral y la producción de mielina.
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Quiénes tienen mayor riesgo
La vitamina B12 se encuentra principalmente en alimentos de origen animal, como carnes, huevos y lácteos, así como en cereales fortificados. Por ello, personas vegetarianas o veganas, quienes tienen intolerancia al gluten o padecen anemia perniciosa o gastritis atrófica presentan un riesgo más alto de deficiencia. Hasta un 15 % de la población podría verse afectada, según datos de los Institutos Nacionales de la Salud citados por Women’s Health.
Detectarla a tiempo
Dado que el cuerpo puede almacenar reservas de B12 durante años, los síntomas suelen aparecer de manera gradual y a veces se confunden con estrés, falta de sueño u otras afecciones. Por ello, los expertos recomiendan:
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Consultar al médico si se presentan fatiga persistente, hormigueo, pérdida de equilibrio, confusión o cambios de ánimo sin causa aparente.
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Realizar análisis de sangre para medir los niveles de vitamina B12 y detectar anemia.
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Seguir pautas de alimentación que incluyan fuentes adecuadas de B12 o, si es necesario, recurrir a suplementos o inyecciones bajo supervisión médica.
Detectar y tratar la deficiencia de vitamina B12 a tiempo es fundamental para preservar la salud general y prevenir daños neurológicos irreversibles. Tal como enfatizan Women’s Health y Harvard Health, la atención temprana permite mantener la energía, la función cognitiva y el bienestar emocional, evitando que un déficit silencioso se convierta en un problema grave.
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