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lunes 15 diciembre 2025

Cambios en el ciclo menstrual: causas frecuentes y señales de alarma

Redacción. Los cambios en el ciclo menstrual son más comunes de lo que se cree y, aunque a menudo responden a factores cotidianos como el estrés o la pérdida de peso, en algunos casos pueden ser la señal de un desequilibrio hormonal o una afección médica que requiere atención. Reconocer las variaciones normales y distinguir aquellas que ameritan consulta médica es esencial para cuidar la salud reproductiva.

Uno de los cambios más frecuentes es la hipomenorrea, un término clínico que describe un flujo menstrual más escaso y de menor duración que el habitual. Según la Cleveland Clinic, esta condición se caracteriza por sangrados que duran dos días o menos y se repiten durante varios ciclos.

Aunque para algunas mujeres puede representar una variante normal, los especialistas recomiendan consultar al médico si el patrón se mantiene durante tres periodos consecutivos. Dana Leslie, especialista en salud femenina, explica que la hipomenorrea se diagnostica cuando el sangrado se vuelve “más breve y menos abundante de lo habitual para cada mujer”.

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El ciclo menstrual y sus variaciones naturales

El ciclo menstrual —que suele repetirse cada 21 a 35 días y durar entre tres y siete días— está regulado por un complejo equilibrio hormonal. Durante este proceso se suceden cuatro fases: menstrual, folicular, ovulatoria y lútea, cada una con funciones específicas que preparan al cuerpo para un posible embarazo.

Las fluctuaciones en la intensidad o duración del sangrado pueden presentarse a lo largo de la vida, especialmente en la adolescencia y en la perimenopausia, sin que necesariamente indiquen un problema de salud. No obstante, un cambio persistente o repentino en el patrón menstrual podría reflejar un trastorno hormonal o una patología subyacente.

Cambios en el ciclo menstrual: causas frecuentes y señales de alarma
Uno de los cambios más frecuentes es la hipomenorrea. Foto: Infobae.

Causas frecuentes de un flujo menstrual más ligero

Entre las causas más comunes de periodos más breves o escasos, la Cleveland Clinic identifica las siguientes:

  • Estrés: altera los niveles de cortisol y afecta la producción de estrógeno y progesterona, lo que puede modificar la frecuencia o intensidad del sangrado, e incluso provocar la ausencia temporal de menstruación.

  • Pérdida de peso o ejercicio extremo: el cuerpo necesita una cantidad mínima de grasa y energía para mantener la ovulación y la síntesis hormonal. La restricción calórica o el entrenamiento intenso pueden interrumpir este equilibrio.

  • Hipertiroidismo: el exceso de actividad de la glándula tiroides acorta la duración del ciclo y reduce el flujo. También puede provocar ansiedad, palpitaciones, sudoración y dificultades para dormir.

  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP): altera la ovulación por el aumento de andrógenos, causando flujo escaso, acné, exceso de vello, caída del cabello y aumento de peso.

  • Perimenopausia: a partir de los 35 años puede iniciarse esta transición en la que disminuye la producción de estrógeno. Los ciclos se vuelven irregulares y pueden acompañarse de sofocos, cambios de humor y sequedad vaginal.

  • Estenosis cervical: el estrechamiento del cuello uterino dificulta la salida normal del flujo menstrual. Puede deberse a infecciones, cirugías, radioterapia o traumatismos, y suele provocar dolor pélvico o molestias durante las relaciones sexuales.

Síntomas que no deben ignorarse

Además de los cambios en el sangrado, pueden presentarse otros síntomas que orientan sobre la causa del trastorno.

El estrés y la pérdida de peso suelen acompañarse de fatiga o alteraciones en el ánimo; el hipertiroidismo, de nerviosismo y sudoración excesiva; el SOP, de alteraciones cutáneas y hormonales; la perimenopausia, de sofocos y sequedad vaginal; y la estenosis cervical, de dolor pélvico persistente.

Si estos síntomas se repiten o el flujo menstrual se mantiene escaso durante tres ciclos consecutivos, es momento de acudir al médico para realizar una evaluación integral.

Cuándo consultar y cómo se diagnostica

El diagnóstico de hipomenorrea o de otras alteraciones del ciclo menstrual incluye una exploración física, revisión del historial clínico, análisis hormonales y, en algunos casos, pruebas de imagen como ecografía transvaginal, resonancia magnética o sonohisterografía.

La Cleveland Clinic enfatiza que no se debe asumir que el estrés o la dieta son siempre los responsables. En función de la causa, el tratamiento puede incluir ajustes en el estilo de vida, terapias hormonales o manejo específico de enfermedades como el hipertiroidismo, el SOP o la estenosis cervical.

Conocer cómo es el propio ciclo menstrual —su duración, intensidad y síntomas habituales— permite detectar a tiempo las variaciones que pueden indicar un problema.

Un cambio persistente en el patrón de sangrado siempre justifica la consulta médica, incluso si no hay otros síntomas asociados. Detectar a tiempo la causa ayuda a mantener el equilibrio hormonal, prevenir complicaciones y cuidar la salud integral.

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