Redacción. El ejercicio acuático se presenta como una alternativa eficaz para mejorar la condición física, con bajo impacto sobre articulaciones y huesos, y accesible para personas de cualquier edad o estado físico, según especialistas de Mayo Clinic.
Beneficios comprobados
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Reducción del impacto: La flotabilidad del agua disminuye el peso corporal hasta en un 50 % cuando se está sumergido hasta la cintura, lo que reduce el estrés sobre articulaciones y huesos.
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Soporte al equilibrio: La resistencia del agua obliga a mantener la estabilidad, fortaleciendo músculos posturales y mejorando el equilibrio.
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Trabajo de fuerza y resistencia: La resistencia natural del agua ralentiza los movimientos, permitiendo más repeticiones y sesiones más largas sin sobrecargar el cuerpo.
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Recuperación de lesiones: Facilita la restauración de la movilidad, la fuerza y la resistencia después de lesiones deportivas.
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Beneficios cardiovasculares y de flexibilidad: Incrementa la capacidad cardiovascular y mejora la amplitud de movimiento.
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Tipos de ejercicios
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Caminar o correr en aguas poco profundas.
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Rutinas en aguas profundas con cinturones de flotación.
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Nadar o realizar ejercicios de fuerza usando accesorios: guantes de resistencia, palas, churros flotantes o bandas elásticas.
No es necesario saber nadar para ejercitarse, aunque se recomienda tener conocimientos básicos de seguridad acuática.

Temperatura ideal del agua
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27-31℃ (82-88℉): entrenamientos intensos o personas propensas al sobrecalentamiento (embarazadas, obesidad, esclerosis múltiple).
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29-33℃ (84-92℉): personas con artritis, fibromialgia o mayor fragilidad.
Precauciones y límites
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El agua puede dar sensación de menor esfuerzo, aumentando el riesgo de fatiga o sobrecarga si no se respetan los límites personales.
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Es fundamental ajustar la intensidad y la duración según la condición física individual.
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Accesorios como pesas acuáticas, mancuernas de espuma y guantes de resistencia deben usarse con supervisión para evitar lesiones.
Clases guiadas
Las clases grupales con instructores especializados ofrecen motivación, seguridad y la posibilidad de adaptar los ejercicios a cada participante. La supervisión profesional garantiza correcta ejecución y optimización de resultados.
El ejercicio acuático combina seguridad, efectividad y versatilidad, siendo útil tanto para personas activas como para quienes se recuperan de lesiones o buscan mejorar la salud articular, cardiovascular y muscular. Consultar con un profesional de la salud antes de iniciar la práctica es recomendable para garantizar una rutina segura y efectiva.
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