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martes 16 diciembre 2025

Cepillos de dientes, hogar de bacterias y hongos: limpieza correcta

Redacción. El cepillo de dientes, ese objeto esencial en la rutina diaria, puede parecer limpio a simple vista, pero en realidad alberga una sorprendente cantidad de microorganismos. Investigaciones científicas revelan que puede contener entre 1 y 12 millones de bacterias y hongos de cientos de especies distintas, además de virus y protozoos.

Aunque la mayoría de estos microbios son inofensivos —e incluso algunos beneficiosos—, mantener una correcta higiene del cepillo resulta clave para reducir riesgos de infecciones bucales o gastrointestinales, especialmente en personas con defensas bajas.

Un microhábitat ideal para los gérmenes

El cepillo de dientes ofrece las condiciones perfectas para la vida microbiana: humedad, restos de saliva y partículas de alimentos. Según el microbiólogo Marc-Kevin Zinn, de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Rhein-Waal (Alemania), los microorganismos provienen principalmente de tres fuentes: la boca, la piel y el entorno del baño donde se guarda.

Incluso los cepillos nuevos no están exentos de contaminación. Un estudio realizado en Brasil sobre 40 unidades recién compradas halló que la mitad ya contenía bacterias diversas antes del primer uso. Durante el cepillado, las cerdas entran en contacto con dientes, lengua, encías y mejillas, todas superficies ricas en especies microbianas.

Entre los habitantes más comunes del cepillo se encuentran bacterias beneficiosas como Rothia dentocariosa, Streptococcus mitis y Actinomyces, que ayudan a equilibrar la microbiota oral. Sin embargo, también pueden encontrarse estreptococos y estafilococos relacionados con caries, gingivitis e incluso infecciones estomacales.

Cepillos de dientes, hogar de bacterias y hongos: limpieza correcta
Cepillos de dientes. Foto: Infobae.

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El baño, un entorno que multiplica la contaminación

La localización del cepillo es un factor determinante. El baño es uno de los espacios del hogar con mayor concentración de microorganismos, y los aerosoles liberados al accionar la cadena del inodoro pueden transportar bacterias fecales a más de un metro de distancia.

Un estudio detectó que el 60 % de los cepillos guardados en baños estaban contaminados con bacterias fecales, muchas de ellas provenientes de otras personas. Aun así, la microbióloga Erica Hartmann, de Northwestern University, señala que no hay razón para alarmarse: muchos de estos gérmenes mueren rápidamente al exponerse al aire y la mayoría no causa enfermedad.

Además, algunos virus presentes en los cepillos —los llamados bacteriófagos— pueden incluso ayudar a controlar el crecimiento bacteriano.

Cómo limpiar y mantener el cepillo de dientes

Los expertos coinciden en que la clave está en el mantenimiento regular y en evitar condiciones que favorezcan la proliferación microbiana. Estas son algunas de las recomendaciones más efectivas:

  • Enjuagar después de cada uso: hacerlo bajo el grifo de agua caliente durante unos 30 segundos ayuda a eliminar residuos y parte de las bacterias.

  • Dejarlo secar al aire: siempre en posición vertical y sin cubrir el cabezal, ya que los ambientes cerrados favorecen la humedad y el crecimiento microbiano.

  • Evitar el contacto entre cepillos: especialmente si pertenecen a distintas personas.

  • No compartir el cepillo bajo ninguna circunstancia, ya que los microorganismos inocuos para una persona pueden causar infecciones en otra.

  • Sustituirlo cada tres meses o antes si las cerdas están desgastadas, y siempre después de haber estado enfermo.

Para una desinfección más profunda, los especialistas recomiendan:

  • Sumergir el cabezal en enjuague bucal antibacteriano o en limpiadores para dentaduras durante cinco a diez minutos.

  • Usar una solución de vinagre al 1%, que ha demostrado ser muy eficaz contra bacterias, aunque puede dejar un sabor algo desagradable.

  • Aprovechar las propiedades antimicrobianas de la pasta dental, que ayuda a limitar el crecimiento de microbios en las cerdas.

Convivir con los microbios sin alarmarse

La presencia de microorganismos en los cepillos de dientes —y en el baño en general— es parte natural de la vida cotidiana. La mayoría no representa un peligro real, pero una higiene adecuada es suficiente para mantenerlos bajo control.

Con pequeños hábitos, como enjuagar, secar correctamente y reemplazar el cepillo con regularidad, es posible disfrutar de una boca limpia sin preocuparse por los millones de diminutos habitantes que comparten espacio con nosotros cada mañana.

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