Redacción. Sentir nervios antes de un examen es normal, pero cuando la preocupación y la inseguridad se intensifican, pueden afectar significativamente el rendimiento académico o profesional. Expertos señalan que la ansiedad ante las evaluaciones no solo afecta a estudiantes de primaria, secundaria y universidad, sino también a profesionales que deben aprobar exámenes para avanzar en su carrera o certificarse.
Los especialistas explican que una dosis moderada de estrés puede ser positiva, ya que aumenta la concentración y motiva la preparación. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve excesivo, surge la ansiedad ante los exámenes: una reacción emocional que genera malestar, interfiere en el aprendizaje y obstaculiza el desempeño. Este fenómeno puede presentarse en cualquier entorno donde se evalúe conocimiento o habilidades, desde un aula hasta un entorno laboral.
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Estrategias de preparación y estudio
Mayo Clinic recomienda que la preparación efectiva es clave para reducir la ansiedad. Entre las estrategias más útiles destacan:
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Métodos de estudio eficientes: organizar el tiempo, practicar con anticipación y seguir técnicas de aprendizaje comprobadas mejora la confianza y disminuye el estrés.
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Ritual de estudio constante: repetir hábitos que funcionen para cada persona ayuda a reducir la incertidumbre.
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Comunicación con los docentes: hablar con profesores sobre dudas o ansiedad permite recibir orientación, entender mejor el examen y acceder a sugerencias prácticas.

El entorno y las técnicas de relajación
El lugar de estudio también influye en el rendimiento. Elegir un espacio que se asemeje al entorno del examen puede facilitar la recuperación de información durante la evaluación. Además, alternar espacios de vez en cuando ayuda a la concentración, pero mantener cierta similitud con el examen real puede marcar la diferencia.
Entre las técnicas de relajación más recomendadas se encuentran:
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Respiración profunda
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Relajación muscular progresiva
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Visualización de resultados positivos
Practicar estos ejercicios con regularidad permite acceder a ellos durante el examen y mantener la calma.
Bienestar físico y sueño
El cuidado del cuerpo es otro factor determinante. El ejercicio físico regular, sobre todo aeróbico, ayuda a liberar tensiones y mejora el bienestar general. Por su parte, mantener un descanso adecuado es esencial: dormir lo suficiente se asocia con un mejor rendimiento y mayor capacidad de concentración.
En algunos casos, la ansiedad ante los exámenes puede estar relacionada con condiciones de aprendizaje, como TDAH o dislexia. Mayo Clinic enfatiza la importancia de identificar estos problemas y buscar apoyo: adaptaciones como tiempo adicional, entornos con menos distracciones o exámenes leídos en voz alta pueden marcar una diferencia significativa.
Apoyo profesional
Cuando las estrategias habituales no son suficientes, acudir a un profesional de la salud mental es recomendable. Psicólogos y consejeros especializados pueden trabajar en:
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Pensamientos y emociones asociados a la ansiedad
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Técnicas de organización y estudio
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Recursos disponibles en instituciones educativas o laborales
Contar con guía profesional permite desarrollar herramientas personales para enfrentar la ansiedad y fortalecer el bienestar emocional, aumentando así la probabilidad de rendir mejor en los exámenes.
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