Salud. Beber agua con limón en ayunas se ha convertido en una costumbre popular que muchos asocian con propiedades “mágicas”. Las redes sociales y algunos portales de bienestar le atribuyen supuestos beneficios como “desintoxicar el cuerpo”, “alcalinizar la sangre” o incluso “ayudar a adelgazar”, pero ¿qué tan cierto es todo esto?
Es innegable que el agua, por sí sola, hidrata. Después de varias horas de sueño, el organismo necesita líquidos y comenzar el día con un vaso de agua natural —con o sin limón— es una buena práctica.
Si se añade jugo de limón, se obtiene además un pequeño aporte de vitamina C, un antioxidante esencial. Un limón mediano cubre aproximadamente un tercio del requerimiento diario recomendado de esta vitamina, aunque la cantidad incorporada en un solo vaso es modesta.
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Los mitos más comunes
La idea de que el agua con limón “desintoxica” el cuerpo carece de base científica. La eliminación de toxinas depende del trabajo conjunto del hígado, los riñones, los pulmones y la piel, y no se ve alterada por el consumo de limón.
Tampoco existe evidencia de que “alcalinice la sangre”. Aunque puede modificar ligeramente el pH de la orina, esto no implica ningún cambio real en el equilibrio interno del organismo.
Los verdaderos riesgos
A pesar de que no representa un peligro grave para la mayoría de las personas, tomar agua con limón en ayunas puede tener efectos indeseados en ciertos casos:
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Erosión dental: el ácido cítrico del limón puede desgastar el esmalte de los dientes si se consume con frecuencia. Para reducir el daño, los odontólogos recomiendan enjuagarse la boca después de beberlo o usar un sorbete para evitar el contacto directo con los dientes.
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Problemas digestivos: quienes padecen acidez estomacal, gastritis o reflujo gastroesofágico pueden experimentar molestias, ya que el limón aumenta la acidez del estómago.
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Sensibilidad bucal: en algunas personas, la combinación del ácido y el ayuno puede causar irritación en la mucosa oral o sensación de ardor.
Lo que realmente importa: hidratarse bien
Más allá del limón, lo esencial es mantener una buena hidratación. Cuando se percibe sed, el cuerpo ya ha perdido entre un 1 % y un 2 % de agua. En adultos mayores, este mecanismo se retrasa, lo que los hace más propensos a la deshidratación.
Por eso, los especialistas aconsejan beber agua de forma regular a lo largo del día, superando los dos litros diarios en promedio. Un método simple para evaluar el nivel de hidratación es observar el color de la orina: si es clara, indica un buen equilibrio; si es oscura, el cuerpo necesita más líquidos.
Tomar agua con limón en ayunas no es peligroso si se hace con moderación y sin condiciones médicas previas, pero tampoco ofrece los beneficios milagrosos que se le atribuyen.
La mejor forma de cuidar el organismo sigue siendo simple: beber suficiente agua, mantener una dieta equilibrada y no dejarse llevar por mitos sin respaldo científico.
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