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martes 16 diciembre 2025

Cómo el ejercicio prolonga la juventud del sistema inmunológico

Redacción. Un nuevo estudio científico ha demostrado que la práctica regular de ejercicio de resistencia puede mejorar la longevidad funcional del sistema inmunológico, especialmente en adultos mayores.

La investigación, publicada en la revista Scientific Reports y liderada por la Universidade Estadual Paulista (UNESP) de Brasil junto con la Universidad Justus Liebig de Giessen (JLU) de Alemania, revela que la actividad física prolongada contribuye a conservar un sistema inmune más eficiente, adaptable y menos propenso a la inflamación crónica.

El estudio analizó a personas de unos 64 años que habían practicado deportes de resistencia —como carreras de larga distancia, ciclismo o natación— durante más de dos décadas. Los investigadores se centraron en las células asesinas naturales (NK), un tipo de linfocito esencial en la defensa del organismo contra infecciones y tumores.

Los resultados mostraron que las células NK de los participantes entrenados presentaban mayor eficiencia metabólica y mejor adaptabilidad. Asimismo, menor tendencia inflamatoria que las de individuos sedentarios de la misma edad.

Según Luciele Minuzzi, investigadora visitante en la JLU y autora principal del estudio, “en estos individuos, las células NK funcionaron mejor ante un desafío inflamatorio, además de utilizar la energía de forma más eficiente. Por lo tanto, es como si el ejercicio también entrenara el sistema inmunitario”.

Cómo el ejercicio prolonga la juventud del sistema inmunológico
El envejecimiento suele ir acompañado de un fenómeno conocido como “inflammaging”.

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Menor inflamación, mejor envejecimiento

El ejercicio de resistencia prolongado parece modular los procesos inflamatorios asociados al envejecimiento, conocidos como “inflammaging”. Esta condición, caracterizada por un aumento constante de la inflamación a nivel celular, contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas.

De acuerdo con Fábio Lira, profesor de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UNESP y coordinador del proyecto, “al comparar las células de adultos mayores entrenados con las de personas no deportistas de la misma edad, observamos que quienes tenían antecedentes de ejercicio de resistencia presentaban menos marcadores inflamatorios y más marcadores antiinflamatorios”.

Resistencia celular al estrés

Para examinar los mecanismos detrás de estas diferencias, las células NK fueron expuestas a bloqueadores farmacológicos como propranolol, que inhibe la vía adrenérgica, y rapamicina, que afecta la señalización mTORC1, relacionada con el crecimiento celular.

Los resultados indicaron que, incluso bajo estas condiciones de bloqueo, las células NK de los adultos mayores entrenados mantuvieron su capacidad funcional. Mientras que las de los no entrenados mostraron signos de agotamiento inmunológico.

El análisis mitocondrial confirmó que las células de los participantes físicamente activos tenían una mayor capacidad respiratoria y una mejor aptitud metabólica. Factores que aumentan su resistencia al estrés inflamatorio y farmacológico.

Comparación entre atletas jóvenes y veteranos

En un estudio complementario, los científicos compararon la respuesta inmunitaria de atletas jóvenes (con al menos cuatro años de entrenamiento) y atletas máster (con más de 20 años de práctica). Tras una sesión intensa de ejercicio, los veteranos mostraron una respuesta inflamatoria más controlada. Mientras que los jóvenes experimentaron un incremento mayor en las citocinas inflamatorias.

Este hallazgo sugiere que el sistema inmunológico se adapta con el tiempo al entrenamiento de resistencia, aprendiendo a regular mejor la inflamación y evitando respuestas exageradas.

Implicaciones para la salud pública

El envejecimiento con frecuencia se asocia con una disminución de la función inmunitaria y un aumento de la inflamación sistémica. No obstante, los resultados de este estudio respaldan la idea de que la actividad física regular puede retrasar estos procesos y promover adaptaciones celulares beneficiosas.

“El ejercicio físico es uno de los factores que pueden beneficiar al sistema inmunológico, y en este proyecto estamos investigando cómo puede modular la respuesta inmune a lo largo del tiempo”, afirmó Lira.

La ciencia confirma que moverse no solo alarga la vida, sino que mantiene joven al sistema inmunitario.

Los investigadores coinciden en que el entrenamiento de resistencia prolongado no solo fortalece músculos y corazón, sino que también prolonga la juventud del sistema inmunológico. Al mantener una respuesta más equilibrada y eficiente ante infecciones y estímulos inflamatorios, el cuerpo conserva una mayor capacidad de defensa frente a enfermedades crónicas.

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