Redacción. Aunque el cáncer de mama se asocia tradicionalmente con las mujeres, los hombres también pueden desarrollarlo. Representa menos del 1 % de todos los casos, pero cualquier persona con tejido mamario está en riesgo.
La falta de conocimiento sobre esta posibilidad genera diagnósticos tardíos, limitando las opciones de tratamiento y afectando el pronóstico.
“El hombre no sospecha tener un cáncer de mama y suele consultar más tarde, cuando ya siente un bulto en la región mamaria”, explica el oncólogo Carlos Silva, director médico de LALCEC.
A diferencia de las mujeres, los hombres no realizan autoexámenes rutinarios ni mamografías preventivas. La escasa visibilidad del cáncer de mama masculino y la ausencia de campañas de concientización dificultan que los varones detecten la enfermedad de forma temprana.
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Factores de riesgo
El riesgo de cáncer de mama en hombres aumenta por:
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Antecedentes familiares: las mutaciones genéticas en BRCA2 (y menos frecuentemente BRCA1) son los principales factores de riesgo. Otros síndromes hereditarios como Li-Fraumeni, Cowden y Lynch también elevan la probabilidad.
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Edad avanzada: la mayoría de los casos se presenta entre los 60 y 70 años.
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Condiciones médicas: exposición a estrógenos, obesidad, enfermedades hepáticas y radioterapia previa en el tórax.
“La estratificación de riesgo es diferente en hombres; la vigilancia genética se recomienda sobre todo si hay antecedentes familiares de mutaciones”, indica Ignacio Mc Lean, jefe de Mastología del Hospital Universitario Austral.
La ginecomastia, que es un crecimiento benigno del tejido mamario, no se considera un factor de riesgo, excepto en hombres portadores de mutaciones genéticas.

Señales de alerta
El primer indicio suele ser un bulto duro, indoloro y palpable bajo la areola. Otros signos incluyen:
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Cambios en la piel del pecho (hoyuelos, arrugas, descamación).
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Retracción o alteraciones en el pezón.
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Secreciones, especialmente si son sanguinolentas.
“Cualquier dureza, retracción del pezón o secreción debe motivar la consulta médica”, advierte Silva.
Diagnóstico y seguimiento
Ante síntomas sospechosos, los médicos pueden indicar:
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Mamografía, ecografía o resonancia.
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Biopsia del tejido afectado.
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Asesoramiento genético si existen antecedentes familiares relevantes.
La detección temprana permite establecer controles periódicos y diseñar estrategias de prevención para familiares que puedan estar en riesgo.
Tratamiento
Los tratamientos en hombres son similares a los de las mujeres: cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia y terapias dirigidas. La diferencia principal se da en los tumores hormonodependientes, ya que medidas como la supresión ovárica no aplican en varones.
Cuando se diagnostica en etapas iniciales, los resultados son comparables entre hombres y mujeres.
Prevención y concientización
La prevención primaria consiste en controlar factores de riesgo modificables:
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Mantener un peso saludable.
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Evitar consumo excesivo de alcohol.
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Atender enfermedades hepáticas o desequilibrios hormonales.
Los especialistas recomiendan familiarizarse con el aspecto y la sensación del tejido mamario propio y consultar ante cualquier cambio sospechoso. Quienes tengan antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario deben considerar asesoramiento genético y controles regulares.
“Informar sobre la existencia de cáncer de mama en hombres es clave para fomentar la consulta temprana y mejorar el pronóstico”, concluye Mc Lean.
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