Redacción. Un nuevo estudio publicado en Obstetrics & Gynecology revela que los bebés cuyos madres mueren durante el embarazo o poco después del parto enfrentan un riesgo significativamente mayor de fallecer. Los investigadores subrayan que proteger la salud de las mujeres embarazadas es crucial no solo para ellas, sino también para la supervivencia de sus hijos.
La investigación analizó 1,617,714 nacimientos vivos ocurridos en Massachusetts entre 1999 y 2020, de los cuales 474 se relacionaron con muertes maternas. Los hallazgos muestran que la tasa de mortalidad infantil era entre 14 y 22 veces mayor cuando la madre fallecía durante o tras el embarazo.
El riesgo más elevado se registró en los casos donde la madre había sufrido complicaciones graves durante el embarazo. Tales como insuficiencia renal, hipertensión, eclampsia o sepsis. En estas situaciones, la mortalidad infantil aumentó hasta 22 veces en comparación con bebés cuyas madres sobrevivieron.
Incluso los bebés nacidos a término que sobrevivieron a la muerte de su madre presentaron un 35 % más de probabilidades de ser hospitalizados en su primer año de vida, lo que evidencia el impacto a largo plazo de la pérdida materna.

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Cifras clave
En términos de cifras:
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La tasa general de mortalidad materna en Massachusetts fue de 29 muertes por cada 100,000 nacidos vivos.
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Cuando la madre fallecía, la tasa de mortalidad infantil ascendía a 55 por cada 1,000 nacidos vivos.
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Si la muerte materna se producía tras complicaciones graves del embarazo, la tasa llegaba a 88 por cada 1,000 nacidos vivos.
Los autores del estudio destacan que Massachusetts tiene una de las tasas de mortalidad infantil más bajas del país, lo que sugiere que los resultados podrían ser más graves en estados con peores indicadores de salud materna. Actualmente, Estados Unidos registra la tasa de mortalidad materna más alta entre los países desarrollados, con más de 22 muertes por cada 100,000 nacidos vivos en 2022, frente a menos de 10 por 100,000 en países como Canadá, Nueva Zelanda, Francia, Alemania y Japón.
El estudio coincide con debates políticos sobre la reducción o eliminación de los comités de revisión de mortalidad materna en estados como Georgia, Texas y Arkansas. Estos comités analizan cómo políticas de aborto o de Medicaid podrían influir en la mortalidad materna, y limitar su trabajo podría afectar la prevención de muertes de madres y, por ende, de sus hijos.
«Si queremos proteger la salud infantil, primero debemos proteger la salud de las madres», afirmó Eugene Declercq, autor principal del estudio. «Esta investigación subraya que la salud materna es la base para la supervivencia y el bienestar de los bebés y sus familias».

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