Redacción. Durante décadas, la sonrisa blanca y uniforme se convirtió en un símbolo de estética y éxito. Antes, solo tratamientos dentales costosos garantizaban esa apariencia; hoy, pastas blanqueadoras, kits caseros y procedimientos de consultorio han democratizado el acceso a dientes más luminosos. Sin embargo, expertos advierten que un color dental impecable no siempre refleja salud.
“La tonalidad ideal no es un blanco artificial, sino un blanco cálido con matices rojizos o amarillentos”, explica la doctora Jana Denzel, dentista galardonada. Según ella, el color de los dientes puede brindar información valiosa sobre la salud bucal y general, más allá de la estética.
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Los cambios de color más comunes y sus causas
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Amarillo: Con la edad, el esmalte se desgasta y deja visible la dentina, naturalmente más amarilla. Hábitos como consumo de café, té, vino tinto, tabaco o higiene insuficiente intensifican este cambio. “La placa y los restos de comida también modifican la tonalidad a largo plazo”, señala Denzel.
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Marrón: Las manchas marrones pueden indicar fluorosis —una alteración por exceso de flúor en la infancia—, consumo habitual de tabaco o café, o caries avanzadas que requieren atención profesional urgente.
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Gris o azul: Este tono suele relacionarse con necrosis pulpar por infecciones o traumatismos, o con la exposición a ciertos antibióticos como la tetraciclina durante la gestación o la infancia. Enfermedades sistémicas, como la enfermedad celíaca, también pueden alterar el color dental.
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Verde: Raro, generalmente en niños con problemas hepáticos o ictericia, debido a la acumulación de bilirrubina o infecciones bacterianas específicas. Este cambio se limita a los dientes de leche.
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Rosado: Puede reflejar hemorragias internas por traumatismos, reabsorción dental o lesiones pulpares. En estos casos, la sangre impregna los tejidos dentarios y tiñe temporalmente el diente.
Apariencia versus salud real
Un diente extremadamente blanco no garantiza una boca sana. La doctora Denzel advierte: “Existen personas que usan productos blanqueadores por internet para lograr dientes muy blancos, aunque no visiten al odontólogo con frecuencia”. Una sonrisa perlada puede ocultar caries, inflamaciones gingivales o cavidades.
La American Dental Association (ADA) recalca que manchas o líneas blancas pueden ser signos de fluorosis y que la apariencia externa no siempre refleja problemas internos. Por eso, los controles periódicos, la ausencia de tabaco y una rutina de cepillado adecuada son más determinantes para la salud dental que el simple color blanco.
Mantener dientes saludables y color natural
La higienista dental Laura Schikkerling recomienda una limpieza completa: hilo dental o cepillos interdentales, cepillado de todas las superficies y línea de las encías, dedicando al menos tres segundos por pieza y realizando la rutina de dos a tres veces al día. Dejar un leve residuo de pasta con flúor puede optimizar la protección dental.
Blanqueamiento: estética y precauciones
El blanqueamiento dental puede mejorar la autoestima y la confianza, pero conlleva riesgos. Las pastas blanqueadoras comerciales contienen abrasivos que deterioran el esmalte. En Reino Unido y la Unión Europea, las tiras de venta libre tienen bajo nivel de peróxido; en consultorio, los especialistas usan concentraciones mayores y logran resultados más seguros y efectivos.
La ADA recomienda consultar a un odontólogo antes de cualquier procedimiento blanqueador. La apariencia no debe reemplazar la evaluación profesional: un color dental saludable es aquel que refleja higiene, ausencia de enfermedades y un mantenimiento constante, más allá de ser simplemente blanco.
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