Redacción. El sangrado y la inflamación de las encías son problemas frecuentes que afectan a millones de adultos, pero suelen pasar desapercibidos hasta que generan complicaciones graves.
Según datos de The New York Times, el 42 % de los adultos estadounidenses mayores de 30 años muestran signos de enfermedad periodontal, una cifra que refleja la magnitud de este problema de salud pública.
La enfermedad periodontal no solo compromete los dientes y las encías. Expertos explican que puede derivar en pérdida ósea y dental, además de estar vinculada con enfermedades sistémicas como cardiopatías, infecciones respiratorias y demencia.
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Causas y síntomas
La enfermedad periodontal comienza con la gingivitis, una inflamación reversible de las encías que a menudo pasa desapercibida. El sangrado al cepillarse o usar hilo dental, la inflamación y la recesión gingival son sus signos más evidentes.
Según el Dr. Joseph P. Fiorellini, profesor de periodoncia en Penn Dental Medicine, incluso personas con hábitos de higiene dental pueden dañar sus encías si no llegan correctamente a la unión entre el diente y la encía o si aplican demasiada fuerza.
El Dr. Edmond R. Hewlett, profesor emérito de la UCLA, subraya que el sangrado de encías “no es normal” y requiere atención inmediata, mientras que la recesión gingival, que expone la raíz del diente, aumenta el riesgo de infecciones y sensibilidad dental.
Prevención y cuidado diario
Los especialistas coinciden en que la prevención es la mejor defensa:
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Cepillarse los dientes dos veces al día durante al menos dos minutos.
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Usar hilo dental una vez al día, incluso en zonas que sangran.
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Utilizar cepillos de cerdas suaves y movimientos cortos y delicados.
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Considerar pastas desensibilizantes o productos con flúor en casos de recesión gingival.
En casos graves, los dentistas pueden recomendar injertos de encía para proteger la raíz dental. Tanto los cepillos manuales como eléctricos son efectivos si se usan correctamente.
Factores de riesgo y hábitos de vida
El tabaquismo y el consumo frecuente de bebidas azucaradas aumentan el riesgo de enfermedad periodontal. Las personas con diabetes deben informar a su dentista, realizar revisiones periódicas y vigilar cualquier signo de inflamación o sangrado.
Mantener una higiene bucal consciente y preventiva no solo protege las encías y los dientes, sino que también contribuye al bienestar general. La inflamación y el sangrado son señales de alerta: reconocerlas y actuar a tiempo puede evitar complicaciones mayores y enfermedades sistémicas asociadas.
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