Redacción. La mantequilla de maní es un alimento frecuente en muchas dietas, pero su inclusión genera dudas entre quienes buscan hábitos saludables. Especialistas en nutrición y académicos de Harvard coinciden en que, salvo en casos de alergia, puede formar parte de una alimentación equilibrada si se consume con moderación y se eligen versiones naturales.
Composición nutricional y beneficios
La mantequilla de maní es rica en proteínas, grasas saludables, fibra y micronutrientes esenciales como fósforo, potasio y niacina. Melissa Prest, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, subraya que estos nutrientes contribuyen al bienestar general y al mantenimiento de la masa muscular.
Wesley Delbridge, especialista en nutrición escolar, destaca su versatilidad y facilidad de transporte, así como su compatibilidad con dietas vegetarianas y veganas. Por su parte, la Escuela de Salud Pública de Harvard resalta que su perfil de grasas insaturadas puede contribuir a la reducción del riesgo cardiovascular cuando se consume en su forma natural, sin azúcares añadidos ni aceites hidrogenados.
Otros beneficios incluyen:
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Mayor sensación de saciedad: el contenido de grasas y proteínas prolonga la satisfacción tras las comidas, lo que puede ayudar a controlar el apetito.
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Bajo índice glucémico: útil para regular la glucosa en sangre.
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Accesibilidad y sostenibilidad: más económica que otros productos similares y con un cultivo que requiere menos agua.

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Posibles riesgos
A pesar de sus ventajas, el consumo excesivo de mantequilla de maní puede generar efectos negativos:
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Lectinas y fitatos: presentes en el maní, pueden interferir en la absorción de algunas vitaminas y minerales como zinc y hierro, aunque esto ocurre únicamente al exceder la ración recomendada.
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Alto contenido calórico: dos cucharadas equivalen a unas 190 calorías; el exceso puede favorecer el aumento de peso.
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Alergias: el maní es uno de los alimentos que más alergias provoca, por lo que debe evitarse si hay antecedentes de reacciones alérgicas.
Porción recomendada
Los expertos coinciden en que la cantidad adecuada es aproximadamente dos cucharadas por comida o refrigerio, lo que proporciona 190 calorías y 3,5 gramos de grasas saturadas, representando alrededor del 16 % de la ingesta diaria recomendada. Medir la cantidad es clave para aprovechar sus beneficios sin riesgos.
Impacto sobre la salud cardiovascular
El consumo moderado de mantequilla de maní puede:
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Reducir el colesterol LDL (“malo”)
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Mantener estable el HDL (“bueno”)
Esto se debe a su contenido en grasas insaturadas. En cambio, las versiones con aceites hidrogenados pueden tener el efecto contrario y conviene evitarlas.

Incorporada con moderación y en su versión natural, la mantequilla de maní es un alimento nutritivo, versátil y sostenible. Su consumo controlado aporta proteínas, grasas saludables, fibra y micronutrientes, favorece la saciedad y puede ser una herramienta útil dentro de una dieta equilibrada.
La clave está en respetar la porción recomendada y evitar versiones ultraprocesadas para maximizar sus beneficios.
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