Redacción. El cáncer colorrectal está en aumento, especialmente entre adultos menores de 50 años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2040 podrían registrarse 3,2 millones de casos nuevos y 1,6 millones de muertes anuales en todo el mundo.
Frente a este panorama, los expertos destacan la influencia de los hábitos cotidianos en la prevención de la enfermedad.
Actividad física constante
Diversos estudios muestran que el ejercicio regular reduce el riesgo de cáncer colorrectal al mejorar la salud intestinal, disminuir la inflamación y mantener un peso saludable. El gastroenterólogo Maen A. Abdelrahim señala: “Actividades como caminar a paso ligero o andar en bicicleta son accesibles y efectivas para la mayoría de las personas”.
La OMS indica que incluso movimientos simples, como subir escaleras o caminar cortas distancias, tienen un efecto acumulativo positivo. La constancia, más que la intensidad, es clave.

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Alimentación rica en fibra
Consumir alimentos ricos en fibra —frutas, verduras, cereales integrales y legumbres— acelera el tránsito intestinal y reduce la exposición del colon a agentes dañinos. Según especialistas consultados por EatingWell, “la fibra actúa como un sistema de limpieza del intestino”.
Pequeños cambios, como añadir frutos rojos o semillas de chía al desayuno o elegir pan integral, pueden aumentar significativamente la ingesta diaria de fibra. La OMS señala que una dieta rica en frutas, verduras y fibra es una de las principales estrategias de prevención.
Probióticos y lácteos
El consumo de yogur, rico en probióticos, contribuye a un microbioma intestinal equilibrado, lo que se asocia con menor riesgo de cáncer colorrectal. La nutricionista Jaclyn London afirma: “El yogur aporta bacterias beneficiosas, calcio y vitamina D, nutrientes que favorecen la renovación celular del colon”.
Estudios, como uno publicado en la revista Gut con más de 120.000 participantes, encontraron que los hombres que consumían al menos dos porciones de yogur por semana tenían un 19 % menos de riesgo de desarrollar adenomas precancerosos.
Evitar carnes procesadas
El consumo frecuente de carnes rojas y procesadas —como embutidos y perritos calientes— se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. El gastroenterólogo Karl Kwok explica: “Una ingesta elevada de carnes procesadas aumenta el riesgo de cáncer de colon y recto hasta en un 21 %”.
Se recomienda sustituir estas proteínas por opciones vegetales como frijoles, lentejas, garbanzos, tofu o tempeh, que aportan fibra y nutrientes protectores.
Estilo de vida saludable
Dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y mantener un peso saludable son pasos fundamentales. Según el gastroenterólogo Jamil O. Alexis, “el exceso de grasa abdominal y el sedentarismo son factores de riesgo que deben controlarse”.
Atención a síntomas y antecedentes familiares
Cambios persistentes en los hábitos intestinales, sangrado rectal, dolor abdominal, pérdida de peso inexplicable o debilidad deben motivar la consulta médica inmediata. Compartir antecedentes familiares de cáncer colorrectal permite a los profesionales recomendar detecciones más tempranas o frecuentes.

En síntesis, los expertos coinciden en que hábitos cotidianos —actividad física, alimentación rica en fibra y probióticos, moderación en carnes procesadas y sustancias nocivas, y control del peso— son determinantes para reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
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