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jueves, abril 25, 2024

SALUD| ¿Cómo se relacionan la depresión y el dolor de espalda?

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REDACCIÓN. La depresión y dolor de espalda tienen a menudo una relación directa. La primera suele cursar con la segunda y, a su vez, en caso de sufrir lumbalgia crónica es muy común que la persona acabe desarrollando algún trastorno del estado de ánimo.

Estas son realidades clínicas muy desgastantes que, a menudo, alteran por completo la calidad de vida de quien la sufre, indican expertos en el tema.

La depresión suele aparecer con una sintomatología física bastante intensa. Además del dolor de espalda, pueden aparecer contracturas, molestias en el cuello, cefaleas, dolor articular, alteraciones gastrointestinales.

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Dolor de espalda

Cuando la lumbalgia no tiene otro origen más que el psicológico o emocional, estamos ante una depresión mayor. Es el trastorno más grave del estado de ánimo y el resultado casi siempre de una realidad psicológica descuidada o no atendida de manera correcta.

En estas situaciones, lo que se ha podido ver a través de radiografías, como la tomografía computarizada, es que las regiones cerebrales vinculadas a la depresión y las relacionadas con la percepción física del dolor son las mismas.

Estados crónicos

La Universidad de Berlín y el servicio de Salud alemán realizaron un estudio a lo largo de un año a más de 43,000 personas para entender el vínculo. Algo que pudo verse es que esta realidad es más común entre las mujeres, en especial a partir de los 50 años.

Depresión y dolor de espalda

Es importante, ante todo, realizar un adecuado diagnóstico y detectar la posible presencia de otras patologías o condiciones psicológicas. Por lo general, suelen ser útiles los siguientes enfoques:

  • Terapia farmacológica: antidepresivos, analgésicos, antiinflamatorios…
  • Terapia cognitivo-conductual. Nos permite trabajar los pensamientos disfuncionales de la persona e introducir conductas más ajustadas.
  • Las técnicas para reducción del estrés, como la actividad física moderada, la relajación, la respiración profunda, la meditación, aprender técnicas de afrontamiento para la gestión de las emociones…
  • Programas para rehabilitación del dolor. Existen unidades médicas y psicológicas especializadas en la gestión del dolor. La colaboración de fisioterapeutas, médicos y psicólogos suele dar buenos resultados en estos casos.

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