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jueves, marzo 28, 2024

Joven hondureño en el extranjero: «Salir del armario, te expone a ser asesinado»

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HONDURAS. En territorio hondureño, tener una preferencia sexual diferente a lo que es «políticamente correcto» genera que muchos sufran amenazas que en casos extremos llevan a la muerte, por tal situación, algunos buscan salvar su vida y salen del país.

Hablar abiertamente de la atracción hacia una persona del mismo sexo o que se encuentran en una relación que en Honduras no es bien vista, genera «repudio» en muchos ciudadanos que han llegado a violentar los derechos de estas personas.

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Estas amenazas a muerte obligaron a Néstor Hernández, director de la Asociación Honduras Diversa, a dejar el país que lo vio crecer. Llegó al extranjero, se propuso no solo proteger su vida, sino también ayudar en campañas de apoyo a jóvenes LGBTIQ+ de Honduras.

Mediante una entrevista para «El País», el joven habló de la situación que enfrentan los miembros de esta comunidad en Honduras y sobre todo su historia de superación y libertad, que pese a no ser fácil, logró conseguirla.

Néstor Hernández, comenzó hablando de una situación que atravesó cuando residía en el país, exactamente en el pasado 10 de octubre de 2019. 

A eso de las 8:00 de la mañana, el joven se conducía rumbo a la capital de Santa Lucía. Sus declaraciones evidenciaron que ser moreno, llevar el pelo corto y viajar al trabajo en el mismo autobús que su primo, condenaron a muerte a Fabricio Elvir hace ya más de un año.

Le dispararon 14 veces sobre el tórax y cabeza, en ese momento, su primo Néstor Hernández dormía, cuando repentinamente los disparos lo despertaron de una pesadilla que se convertía en realidad.

Él era quien acababa de recibir amenazas de muerte por su activismo a favor del colectivo LGBTIQ como director de la Asociación Honduras Diversa. Por tanto, desde esa semana, el joven decidió cambiar su rutina. 

El joven salió de Honduras

Luego de tres meses, Néstor aterrizó en Bilbao para participar durante ocho meses en un programa. 

En ese tiempo, el «joven hondureño gay, mestizo y defensor de los derechos humanos”, no solo recibió ayuda psicológica, sino también creó lazos con organizaciones internacionales e ideó la forma de continuar con su trabajo de una manera más eficaz y segura.

“Ya solo pienso en volver. Necesito seguir apoyando a mi colectivo, a todos los jóvenes que nos solicitan ayuda a través de las redes sociales y a prestar alternativas a la muerte segura a la que se enfrentan las personas homosexuales en mi país”, explicó el joven al diario.

En sus relatos, el activista señaló que en Honduras el ser una persona homosexual es sinónimo de recibir violencia durante toda la vida. “Salir del armario, te expone a ser asesinado; no hacerlo, al suicidio”, externó.

“Somos personas demonizadas que consideran que atentamos a la tradición, la familia y al futuro del país. Una amenaza pública a la que erradicar”, indicó.

Mientras tanto, el director de la asociación recalcó que en el seno de las propias familias es donde se producen las mayores agresiones. Especialmente, aseguró que las mujeres lesbianas son las que tienen más agresión sexual.

Lo anterior, lo toman como una «medida de conversión sexual». Es de ahí de donde salen las cifras del incremento en un 7 % de casos en intentos de suicidio entre gente joven, detectados específicamente por la organización que él dirige. Asimismo, los números llegan a un 43 % en cuanto a los suicidios a nivel nacional.

Incomprensión familiar

De manera personal, la situación de amenaza que vivía en Honduras, le afectó en gran medida a Néstor, pero no solo a él. Para su familia fue todo un «trauma» cuando les confesó abiertamente sus preferencias sexuales.

Sobre todo, porque vivían en una “pequeña aldea con ideas muy tradicionales”. No obstante, las amenazas de muerte y las agresiones que sufrió le llegaron del exterior, desde que comenzó a apoyar y a acompañar a jóvenes víctimas de violencia por odio a su identidad sexual.

“Mi mamá siempre me ha pedido que pare porque pongo en riesgo a todos pero en Honduras los jóvenes estamos solos: tenemos que salvarnos la vida unos a otros”, determinó.

Desde que tenía 18 años, el joven dedica su vida eso, y ahora con 26 años de edad, dirige la Asociación Honduras Diversa, y además es parte de Red Gay Latina Joven que busca, entre otros objetivos, garantizar espacios seguros de reunión, apoyo psicológico y talleres para un nuevo liderazgo juvenil.

En base a las cifras que presenta la Red desde 2017, ha documentado 357 muertes violentas por odio en Honduras, de los cuales 204 se han cometidos contra personas gais, 112 contra personas trans y 41 contra mujeres lesbianas. Del total, tan solo 29 obtuvieron una sentencia judicial.

En ese sentido, Néstor indignado destacó que «la impunidad es constante». 

Pese a ello, el joven no decidió quedarse de brazos cruzados y decidió denunciar sus amenazas con un objetivo claro: «evitar ser un muerto anónimo más». La acusación la hizo después de que dos sujetos en motocicleta se detuvieran junto a él, en la aldea donde vivía y le dijeran:

«Sos Néstor, sabemos que defiendes a maricones y que andas facilitando información a la policía. Si tuviéramos una pistola te matábamos ahora mismo. Ojo con molestar al narco».

Denuncias de amenaza

Nada volvió a ser igual en la vida de Néstor. Además de interponer la denuncia, solicitó protección al Programa Nacional de Ayuda a Defensores. «Sabía que si no pudieron evitar el asesinato de Berta Cáceres, el mío tampoco”, aseveró.

La pesadilla para el joven defensor de derechos humanos continuaba, ya que, tan solo cuatro días después asesinaron a su primo, al confundirlo con él. El trauma y el miedo fue tal que los próximos meses Néstor no durmió en su casa.

Pasó de viviendas de amigos, a familiares, y conocidos, hasta conseguir un billete de avión que lo sacase del país. Sin pensarlo dos veces emprendió su viaje, han pasado ya ocho meses y continúa dentro del Programa de Protección.

«Ha sido una liberación. No conseguía dormir. Vivía en una profunda depresión. Ya estoy listo para regresar”, manifestó.

Lo más determinante de este joven activista es que en su tiempo fuera del país ha diseñado nuevas estrategias de protección para las 23 personas que conforman la Asociación Honduras Diversa, así como para los jóvenes que les escriben a través de Instagram, Facebook o Twitter pidiendo ayuda.

Recientemente, con la pandemia, creó un proyecto para la búsqueda de fondos para apoyar a las mujeres trans de San Pedro Sula. Al igual, en ese momento reclamó justicia ante el caso de otra agresión a una mujer trans “macheteada en Comayagua e ignorada por las autoridades”.

Prácticas para «corregir» la orientación sexual

“Hemos detectado el caso de más de 100 jóvenes al año torturados con prácticas cercanas al exorcismo para corregir su reorientación sexual”, mencionó.

Ser un joven activista en Honduras, es para Néstor “la principal víctima de la violencia en un país con más de un 85 % de impunidad sobre las muertes”. Por otro lado, destacó que ser homosexual en el país supone “formar parte del grupo más vulnerable de los vulnerables».

No solo supone las discriminaciones por la orientación sexual, sino también por el color de piel: “Te expones al racismo, la xenofobia y el odio”.

Para finalizar, en su entrevista determinó que ser joven gay, mestizo, y activista “significa sentirse solo en la intemperie, sin ninguna medida de protección y ante las amenazas de muerte de los grupos de crimen organizado que tardan menos de una semana en cumplir sus promesas”.


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