Redacción. Con llantos y miradas de desconsuelo, los locatarios del mercado Las Américas en Comayagüela enfrentan las secuelas de un devastador incendio que arrasó con cerca de 50 puestos la madrugada de este viernes 13 de diciembre.
Las llamas comenzaron alrededor de las 2:00 de la madrugada a inmediaciones del puente Carías, dejando a decenas de familias en la incertidumbre sobre cómo reconstruir sus vidas y negocios.
Doña Olga Salinas, una vendedora con más de 15 años de experiencia, lloraba desconsolada al ver su negocio reducido a cenizas. Con esfuerzo había invertido 50 mil lempiras para surtir su puesto en esta temporada navideña. “No sabemos qué vamos a hacer porque lo perdido cuesta recuperarlo”, compartió a HRN.
Otro comerciante, quien había surtido su negocio confiando en el movimiento comercial de fin de año, también lamentó su pérdida. “Tenía mucho producto y se perdió todo, ahora no sé qué hacer, queda solo clamar a Dios. Los negocios estaban buenos y teníamos esperanza, pero todo se perdió”, declaró.
De igual manera, una comerciante que alquila desde hace cuatro años también compartió su pesar. Ella vendía zapatos de mujer, un negocio del cual dependían seis familias. “Perdimos más o menos 300 mil lempiras. Somos pobres, trabajamos con préstamos, pero yo sé que vamos a salir de esta. Con ayuda del Señor vamos a salir adelante”, expresó.
Testimonios
Un hombre, cuyo hogar también fue afectado, relató el angustioso momento que vivió al intentar salvar lo que pudo. “Como yo vivía en la pulpería, entonces solo me dio chance de sacar a mi gatita. Hay otro gato, pero yo creo que se quemó. No me quedó tiempo de sacar nada, fue un abrir y cerrar de ojos. Mi negocio es una pulpería, más de 100 mil lempiras invertidos, pero bueno, lo bueno es que estoy con vida y pude sacar a mi gatita”, narró entre lágrimas.
Otro testigo describió el caos que vivió cuando intentaba escapar del incendio. “Habíamos terminado de trabajar como a las 2 y media, luego escuchamos la bulla de gente pidiendo extintores y rápido agarraron fuego los materiales. Yo salí por una ventana al salir al río. El humo ya estaba asfixiando, el guardia y otro muchacho cerca sintieron el fuego y ya sonó la alarma”, relató a HCH.
Los bomberos lucharon para controlar el siniestro que se extendió rápidamente debido a la gran cantidad de materiales inflamables en los puestos de ropa usada, abarroterías y negocios de comida. Aunque lograron evitar que las llamas alcanzaran mercados cercanos como el San Isidro y la Quinta Avenida, el daño ya estaba hecho para decenas de familias.