Redacción. La creciente ola de asaltos en el transporte urbano de San Pedro Sula obligó este viernes a los conductores de la Ruta 2 a suspender temporalmente el servicio. Los choferes denunciaron que los asaltos a las unidades ocurren a diario y que el temor ha llevado a muchos pasajeros a dejar de utilizar el bus.
Ante la paralización, la División de Seguridad del Transporte Urbano (DSTU-SPS) anunció que agentes brindarán acompañamiento y vigilancia durante todo el recorrido de esta ruta, que es una de las más extensas y con mayor número de paradas en la ciudad.
El trayecto inicia en la 33 calle, recorre bulevares y barrios como La Pradera, Satélite, Cabañas, Medina, Lempira, Las Acacias y Guamilito, continúa por la primera calle y llega a colonias como Río de Piedras, Trejo y La Primavera, antes de retornar.

Acciones
La intervención policial se acordó tras una reunión entre autoridades de la Dirección Policial AntiMaras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), el presidente de la Ruta 2 y propietarios de unidades, quienes señalaron el incremento de asaltos en dicha ruta.
Según la vocera de la DIPAMPCO, se desplegó un equipo del Departamento de Estructuras Criminales de la DPI para entrevistar a conductores y ayudantes, con el fin de identificar a los responsables y su modus operandi.
“Se coordinó un equipo del Departamento de Estructuras Criminales-DPI, con el fin de identificar a los responsables de estos actos ilícitos, realizando entrevistas a los conductores y ayudantes para recolectar información que permita la identificación de sospechosos y modus operandi”, subrayó la funcionaria policial.
Además, acordaron que agentes de la DSTU brindarán seguridad al recorrido establecido por dicha ruta. En horas del mediodía de este viernes, se reestableció el servicio de transporte.
De su lado, un agente policial que llegó al lugar subrayó que la Policía Nacional, “está generando estrategias para garantizar que ellos como transportistas y usuarios se sientan seguros”.
Cansados de los asaltos
Un conductor de autobús, quien no reveló su nombre, aseguró que los asaltos en estas unidades son a diario, por lo que las personas ya no quieren viajar con ellos.
“Ya no quieren viajar en los buses porque mucho los asaltan. Entonces necesitamos más presencia policial para así evitar que los asalten a diario”, remarcó.

Añadió que están cansados de ser víctimas de la inseguridad. Debido a esta situación que pone en riesgo sus vidas, hasta han pensado en dejar de trabajar en el rubro.
El entrevistado añadió que a esto se suma que también son victimas del cobro de la extorsión. “Y si nos asaltan, ya no nos queda dinero. Además, tenemos que pagar la tarifa diaria y combustible”, lamentó.
Lamentó que los delincuentes estén haciendo de las suyas y anden tranquilos, mientras los buenos hondureños vivan con miedo.
“Ya muchos de los conductores y ayudantes están dejando de trabajar por el temor a la violencia y a perder la vida”, aseveró.
Ola de asaltos
La situación de la Ruta 2 refleja un problema mayor: San Pedro Sula vive una ola de asaltos y robos que afecta tanto al transporte público como a viviendas y peatones.
De acuerdo con el Centro de Convivencia Comunitaria, se reportan alrededor de 800 robos comunes en la ciudad. La incidencia delictiva incluye asaltos a viviendas, transeúntes, transporte público y hurtos de celulares.
Vecinos han captado en cámaras de seguridad a delincuentes ingresando a casas y asaltando a personas en la vía pública. Sin embargo, las autoridades señalan que muchos de estos casos no se denuncian formalmente y solo se exponen en redes sociales, lo que dificulta las investigaciones.

El comisionado de policía Rolando Ponce Canales, jefe regional N.° 2 del Valle de Sula, recordó que toda investigación comienza con una denuncia formal.
“Podemos actuar de oficio en ciertos casos, pero si no hay denuncia es muy difícil iniciar una investigación”, advirtió.
De su lado, el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado, recomendó que la Policía Nacional debe acercarse a las comunidades para recuperar la confianza y fomentar una cultura de denuncia.
Los sectores más golpeados por la criminalidad incluyen las colonias Villa Florencia, Trejo, Valle de Sula, Satélite, La Aurora y Montefresco.
Mientras tanto, los transportistas siguen exigiendo que la promesa de seguridad se convierta en una realidad duradera y no en un simple operativo pasajero.
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