Redacción. Marco Rubio aterriza hoy en Alemania para participar en la Conferencia de Seguridad de Múnich, luego de la extensa conversación telefónica entre Donald Trump y Vladimir Putin, donde se abordarán temas cruciales de la agenda internacional.
“Discutimos sobre Ucrania, Medio Oriente, energía, inteligencia artificial, el poder del dólar y muchos otros temas”, escribió Trump sobre su charla con Putin.
El presidente de los Estados Unidos añadió: “Pero primero, como ambos acordamos, debemos detener los millones de muertes que están ocurriendo en la guerra entre Rusia y Ucrania”.
El vocero del Kremlin, Dmitri S. Peskov, confirmó la comunicación entre ambos mandatarios y reveló que Trump fue invitado a Rusia por Putin. “Ha llegado el momento de que nuestros países trabajen juntos”, le dijo Putin a Trump durante la charla de noventa minutos.
Con el fuerte avance que logró con Putin, el presidente de Estados Unidos aprovechó la inercia diplomática y llamó por teléfono a Volodimir Zelensky, líder de Ucrania.
La Casa Blanca quería cerrar esta primera etapa de diálogo indirecto para evitar que una mínima dilación política pusiera en jaque la propuesta de acordar cuanto antes el armisticio entre Kiev y Moscú.
“Tuve una conversación larga y detallada con el presidente Trump. Aprecio su interés genuino en las oportunidades que tenemos en común y en cómo podemos lograr juntos una paz verdadera. Discutimos muchos aspectos —diplomáticos, militares y económicos— y el presidente Trump me informó sobre lo que Putin le dijo”, posteó Zelensky en la red social X.
Y añadió: “Creemos que la fuerza de Estados Unidos, junto con la de Ucrania y todos nuestros socios, es suficiente para impulsar a Rusia hacia la paz”.
Enviado especial
En este contexto, Trump designó a Rubio como líder del equipo mediador entre Ucrania y Rusia, que sumará a John Ratcliffe, director de la CIA; Michael Waltz, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y Steve Witkoff, enviado especial para Medio Oriente.
El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, y Keith Kellogg, enviado de Trump para Ucrania y Rusia, también tendrán una rol destacado en las conversaciones de paz. De hecho, Vance y Kellogg participarán de la Conferencia de Seguridad de Múnich, adonde la guerra en Europa es su principal asunto en la agenda oficial.
Si no hay cambios en la agenda oficial, Vance y Rubio se encontrarán este viernes con Zelensky para acelerar las negociaciones previas a una posible cumbre que protagonizará junto a Putin.
La agenda del cónclave será abierta, pero hay tres puntos conflictivos que tendrán un abordaje inevitable:
1. Ucrania no formará parte de la OTAN en un futuro próximo.
2. Ucrania no puede reclamar que Rusia devuelva los territorios que ya anexó durante su ofensiva de 2014.
3. Ucrania debe compensar -con 500 mil millones de dólares en recursos naturales-, el esfuerzo bélico que hizo Estados Unidos desde febrero de 2022.
A cambio de estas concesiones, Estados Unidos garantizará la seguridad de Ucrania y facilitará su reconstrucción después de tres años de conflicto. Asimismo, Trump presionará a los países de la OTAN para que incrementen el presupuesto asignado a la Alianza del Atlántico Norte. Más presupuesto en la OTAN, más recursos para Kiev.
Retrocedo soberano
Zelensky considera que la oferta diplomática de Estados Unidos es un retroceso soberano, pero tiene escaso margen para decir que no. Trump estableció los límites a Zelensky durante la conversación de ayer, y ya sabe qué pretende Putin para firmar un armisticio de paz.
Las negociaciones previas al acuerdo serán difíciles. Todavía hay guerra en Europa, y Zelensky y Putin deben actuar con firmeza para satisfacer a sus propias audiencias públicas.