Redacción. El cuidado de la piel ha ganado relevancia en los últimos años. Cada vez más personas buscan mantener un rostro saludable, libre de acné, y recurren a productos y rutinas específicas para lograrlo.
Aunque existen múltiples métodos —como una buena alimentación, exfoliantes faciales o tratamientos dermatológicos— muchos de ellos resultan costosos. No siempre es necesario gastar grandes sumas de dinero: algunas soluciones efectivas se encuentran al alcance de cualquier hogar.
Una de ellas es el uso de agua con sal como exfoliante natural. Según el portal The Happening, esta sencilla mezcla ofrece múltiples beneficios para la piel. El agua salada no solo limpia en profundidad, sino que aporta minerales esenciales como magnesio, calcio y potasio, que benefician directamente a la epidermis.
Beneficios de lavar el rostro con agua y sal
Al disolver sal en agua, se obtiene una mezcla isotónica que ayuda a equilibrar el pH de la piel, eliminar impurezas y mantener la hidratación. De acuerdo con el portal Jumsal, especializado en productos elaborados con sal, lavar el rostro con esta solución cada mañana puede aportar los siguientes beneficios:
-
Reposición de minerales: durante el sueño, la piel pierde minerales debido a la sudoración. Al lavar el rostro por la mañana con agua salada, se reponen estos minerales, lo que contribuye a una piel más sana y luminosa.
-
Mejora de la circulación: la sal activa la piel, lo que favorece una mejor circulación sanguínea. Esto ayuda a reducir la flacidez y a devolver firmeza y tersura al rostro.
-
Propiedades antisépticas: la sal actúa como desinfectante natural, eliminando bacterias e impurezas que pueden provocar brotes de acné.

¿Cómo usar agua con sal en la rutina diaria?
Para aplicar esta técnica, basta con preparar una solución de agua tibia y sal marina. Se recomienda mojar el rostro primero y luego aplicar la mezcla con las yemas de los dedos, realizando movimientos circulares suaves. Es fundamental evitar el exceso de sal para prevenir irritaciones, especialmente en pieles sensibles o con heridas.
Como siempre, lo más recomendable es consultar a un dermatólogo antes de incorporar nuevos métodos a la rutina de cuidado facial, ya que no todos los tipos de piel reaccionan igual ante este tipo de ingredientes naturales.