El escenario es el juzgado de Pozuelo de Alarcón, localidad en la periferia de Madrid, la capital de España, donde el astro portugués Cristiano Ronaldo tuvo que presentarse para declarar en calidad de imputado por un presunto delito de evasión fiscal.
Ronaldo entró directamente al estacionamiento, protegido por las ventanas oscuras del modesto automóvil que lo trasladaba, y esquivó a las decenas de periodistas que lo esperaban.
Luego anunció que hablaría, incluso se preparó un estrado y hubo prueba de sonido, pero salió del juzgado sin hablar una palabra ante los más de 200 medios que estuvieron a las afueras del juzgado.
No tuvo la exposición como la que en su día acompañó a Lionel Messi, quien tras un largo proceso judicial similar al que enfrenta Ronaldo fue declarado culpable y sentenciado a 21 meses de prisión.
Es inevitable el paralelismo en las carreras de los dos mejores futbolistas del siglo XXI, hasta el punto que entre los éxitos con el balón de ambos ahora también se suma una mancha ante la justicia española.
La única diferencia es que por el momento Ronaldo está declarando como imputado y todavía falta saber si la jueza encargada del caso, Mónica García, considera que hay indicios de delito y decide procesar al delantero portugués.
¿De qué lo acusan?
Ronaldo es el más reciente futbolista investigado por la Hacienda Pública española que es acusado formalmente por la entidad tributaria de evadir impuestos de manera «voluntaria» y «consciente».
Según la fiscalía, Ronaldo y su entorno crearon una estructura societaria para defraudar al fisco con más de US$16 millones, cometiendo cuatro delitos entre 2011 y 2014.
El ministerio público, que citó en su comunicado la reciente sentencia del Tribunal Supremo contra Messi, consideró que el delantero del Real Madrid aprovechó esa plataforma creada en 2010, al año siguiente de fichar por el conjunto blanco, para «ocultar al fisco las rentas generadas en España» por sus derechos de imagen.
Ronaldo, que según la revista Forbes es el deportista que más dinero genera en el mundo, ha negado las acusaciones asegurando que su «consciencia está limpia» y sus representantes insisten que «no está ni ha estado jamás implicado en ningún problema con las autoridades fiscales de ningún país».
Su defensa
Según los medios de comunicación en España la defensa de Ronaldo va a estar basada en la «disparidad de criterios» que entiende existe con Hacienda.
Los abogados del capitán de Portugal se aferrarán a esta figura, contemplada dentro del marco jurídico, para justificar que las ganancias por los derechos de imagen se derivan de anuncios y eventos generados por fuera de España.
Según entienden, sólo un pequeño porcentaje se genera en territorio español y que más del 90% de estos ingresos se producen en el exterior, por lo que no están sujetos a las leyes tributaria en España.
De allí que no tenga mayor relevancia la presencia de compañías que en la acusación de la fiscalía «tenían como objetivo actuar de pantalla para ocultar los ingresos obtenidos».
Si se encuentran indicios suficientes sobre la existencia de un delito para procesar a Ronaldo, el futbolista será sometido a juicio y, en caso de ser hallado culpable, podría enfrentar una sentencia entre tres y cinco años de prisión, además de una multa superior a los US$30 millones.
