Las aguas del Río El Sauce nacen en el Río Bermejo, al norte de San Pedro Sula, cruzan toda la ciudad y llegan al sur, hasta desembocar en el Río Chamelecón. Más de una década atrás el problema era su poderoso caudal pero con el tiempo, las quejas se enfocaron en su recorrido, uno que arrastra todo a su paso y lleva la contaminación a cada rincón de la capital industrial.
Su trayecto inicia en cercanías del Segundo Anillo Periférico, luego hacia la 33 Calle hasta la desembocadura en Chotepe. Todas las colonias aledañas a la afluencia de río El Sauce sufren las consecuencias de la nula educación ambiental y la falta de plantas de tratamiento de aguas residuales.
Los vecinos afectados, con sus hogares a orillas del río, se cansaron de exigir soluciones: en más de diez años, el único cambio que vieron, es cómo a la basura arrastrada por la corriente se le sumó nuevo elemento, aguas negras.
Parece que la gran cantidad de basura se queda corta al percibir el mal olor que, según pobladores, empeora entre 6:00-10:00 a.m. y 5:00-8:00 p.m. Contamina a tal punto el ambiente que, incluso, quienes solamente van de pasada se percatan.
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El 80 % de agua consumida diariamente se convierte en residual y se estima que el 68 % de la contaminación del Río Chamelecón la genera San Pedro Sula.
Aguas de San Pedro: 20 años y cero acciones
Las familias cocinan, comen, duermen y viven entre esa contaminación ambiental que tarde o temprano les obligará a utilizar mascarillas de protección; quizá hasta traiga repercusiones serias para su salud. ¿Quién es el responsable de dar soluciones sobre el río El Sauce?
Desde febrero de 2001, Aguas de San Pedro asumió los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario de San Pedro Sula. A lo largo de casi 20 años, ¿cuál ha sido su respuesta ante este gran problema que aqueja a la ciudad? ¡Promesas!
En 2009 se quitaban de encima la responsabilidad y en 2016 (al revelarse la crisis de aguas negras) ni daban la cara. Enero de 2019, parecía que arrancaban con el proyecto para tratar aguas residuales, pero en julio de 2019 no había mucho avance. Luego a final de año salen con un «recorrido» junto a autoridades ambientales para «comprobar» el daño en los ríos de la ciudad, como si no fuese evidente.
Lo último que se conoció es que al iniciar el 2020 darían los primeros pasos para instalar la primera planta; van dos meses y no hay ni movimiento. ¿Cuánto tiempo más tendrán que vivir los sampedranos entre tanta contaminación?
