Redacción. La naturalización es el camino más común para obtener la ciudadanía estadounidense para quienes nacieron fuera del país.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), sin embargo, somete a cada solicitante a un riguroso proceso de investigación antes de conceder este estatus. Para ello, se examinan los antecedentes penales, el buen carácter moral y la legalidad de la residencia.
El Manual de Políticas del USCIS detalla que, tras la petición de naturalización, se realiza una investigación exhaustiva que incluye verificaciones de antecedentes penales y de seguridad. Esto implica la toma de huellas dactilares y una revisión de nombres por parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Le puede interesar: Por estas razones pueden quitarte la ciudadanía en EEUU

El Programa Nacional de Verificación de Nombres (NNCP) del FBI efectúa una búsqueda en el Índice Universal, que contiene archivos personales, administrativos, de solicitantes y penales. La revisión debe completarse y aprobarse antes de que el solicitante tenga su entrevista con un oficial del USCIS.
Requisito clave
Uno de los pilares de la evaluación es el Buen Carácter Moral (GMC), que el solicitante debe demostrar durante los cinco años previos a la petición y hasta el momento del Juramento de Lealtad. El USCIS advierte que la conducta anterior a este periodo también puede influir en el cumplimiento de este requisito.
El funcionario tiene la autoridad para solicitar resoluciones judiciales por cualquier delito cometido, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, y puede requerir cualquier «evidencia adicional que pueda afectar la determinación del GMC».
Verificación
Otro aspecto crucial es la residencia permanente legal. El USCIS verificará que el solicitante haya sido admitido legalmente. Si se determina que la residencia fue obtenida mediante fraude, tergiversación intencional o incumplimiento de la ley, el proceso será denegado y el migrante podría enfrentar la deportación.

Además, se evalúa si el solicitante ha abandonado su estatus de residente permanente. La agencia revisa múltiples factores, como la duración de las ausencias de Estados Unidos, el propósito del viaje, la intención de regresar como residente legal y el mantenimiento de vínculos con el país.
Si se determina que el solicitante no ha conservado su estatus, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) puede iniciar un proceso de deportación.