«ÁNGELES»
La pelea entre «ángeles» y «demonios» está que arde. La misa por la insurrección que hubo en la Plaza Los Dolores generó roncha en la residencia de la Lara, al punto que en la homilía del domingo, en la Catedral, le dejaron ir un sermón a los de la promotores de semejante «profanación». Un mensaje bien purpurado los comparó con el mismísimo «cachudo» por andar haciendo esos ritos.
SALESIANO
Pero como del otro lado no se le rajan a nadie, ayer mismo vinieron las respuestas a través de la tal Twitter. Antes que la censuren, el coordinador y convocante al servicio religioso le dijo en la red a su ex maestro en el Salesiano San Miguel, que no se pronuncia contra el fraude y los muertos post elecciones, pero si en contra de quienes asistieron a la misa. Ay mamá, este sí que es amor del bueno.
TICOLANDIA
Y mientras en estas honduras la iglesia y los políticos (principalmente de la oposición) pasan de las greñas, en «Ticolandia» todo es paz y amor. El domingo, al inicio de la primera vuelta presidencial, buena parte de los candidatos presidenciales asistió a una Eucaristía en donde un sacerdote les dijo que «la Iglesia no tiene partido», al tiempo que le pidió a los ciudadanos que votaran «por quien deseen». Igualito que aquí.
KARLITA
Tras la muerte de un manifestante en Choloma, la encargada de negocios de la @USAmbHonduras le dejó ir dos tuitazos a la nueva ministra de DDHH. A Karlita Cueva le dijeron que debe investigar rápidamente y a profundidad las acciones tomadas por las fuerzas de seguridad después del tracateo electoral, para asegurar que las muertes sin sentido e innecesarias nunca más sean repetidas. A ver si así vuelan.
DESPLUMADOS
No tarda en reventar un escándalo por una sentencia recién emitida por los órganos jurisdiccionales del país en relación con una demanda por 60 millones que una empresa le clavó al Estado, pero que ha ido dilatándose al punto que el nuevo fallo, que favorece obviamente a la firma privada, condena a los hondureños a pagar ahora más de 200 millones de desplumados. Bien decía aquel que eso aquí es como «cachimbear» a un bolo.
