10 AÑOS
Después de 10 años, ha pasado tanto en estas honduras, pero es como que si nada haya pasado. Una década después del golpe, las cosas están iguales o “piores”. Las “pipol” sigue dividida, los pobres siguen siendo pobres y los desafíos de este país siguen siendo los mismos de aquellos tiempos en que surgieron los blanquitos y resistentes.
LIBRO
A propósito del aniversario del golpe, el comandante vaquero hizo pública ayer la noticia de la publicación de su libro sobre lo que vivió en aquellos días. Al final de un foro que celebraron ayer los “libres”, enseñó los ejemplares. Nadie sabe hasta ahora qué dice en esas 86 páginas. Hay que esperar a que anuncie dónde lo van a vender. RVV quiere uno.
DENUNCIA
Por cierto, el libro lo convertirán en una denuncia, y según cuentan las malas lenguas entregarán hoy, a las dos de la tarde, al “fiscalón”, a quien le van a exigir que investigue un par de interioridades que en primera persona cuenta MZR en sus memorias de aquellos días. Sabrá Dios qué cosas se dicen en esas letras. Por cierto, habrá segunda parte.
BANQUILLO
Hablando de lo que aquí no pasa nada, el G16 sentó ayer en el banquillo de los acusados a varios diputados azulejos. La delegación cachureca la encabezó el de los chocoyos. Los embajadores les preguntaron cuál por qué tanta casaca con las tales reformas electorales. Aquellos, que son gallos para tirar la papa caliente, culparon a los de siempre.
DULCE
La ministra de Salud no hallaba dónde poner el dulce cuando recibió una carta del embajador canadiense, que mandó a preguntar qué diablos hacían unos “chepos” calando en un carro que Canadá regaló, para que anduvieran vacunando y matando zancudos y no “jalando” milicos. “Disculpe, míster… No vuelve a pasar”, juró la pedagoga, sudando helado.
