TINTE
Se destapó la olla de presión en las contingencias, donde las liebres patalean a los cuatro vientos que los nombramientos huelen a puro tinte azulejo. Mientras tanto, el almirante se hace de la vista gorda, como quien no escucha el relincho en plena caballeriza, aunque el despelote ya le hace olas hasta la cubierta.
PASTEL
Dicen que el que parte el pastel allá no es el almirante, sino el abogado segundo al mando, quien olvidó rápido la camiseta de la militancia para dejar en nómina a fantasmas que solo llegan a fichar y se esfuman como suspiros en misa… y a otros con fuero de reyes que se tiran hasta 45 días en pata. Ahí, como que manda más el compadrazgo que la eficiencia.
MÁGICA
Para rematar, se les escapó que las estaciones meteorológicas están tiradas al olvido, con el monte hasta la coronilla y bajo llave de manos ajenas, asignándole tarea desde ya al mayor de oro para que aliste la varita mágica y pode el desastre institucional.
PEREGRINAJE
Con la maleta diplomática repleta de promesas y el pasaporte sellado por la viáticadera, el pequeño gigante de las exteriores emprendió su peregrinaje a Washington, con la misión de ungir a una compatriota como candidata a la CIDH. Una noble cruzada, empañada por la sombra de Lalo, más conocido por acumular millas que logros.
SARAO
Con las valijas cargadas y los discursos planchados, se afinan los detalles para el sarao del 28, donde, entre abrazos forzados y brindis con sabor a trámite, se despedirá a la subcomandanta y su séquito de futuros resignados. Todos listos para cambiar de puesto y sudar por una misma camiseta.
PLASTILINA
Allá, en el funeral de la financiera, donde nadie lleva luto, pero todos esperan su turno en la fila del despojo, la veeduría de plastilina observa impávida. En medio de una gran disyuntiva, nadie sabe qué se hicieron los melones: en las cuentas solo figuran 70, aunque el gerente jura que eran unos 2,000.