BOQUEANDO
La escoba de la refundación sigue barriendo parejo, y esta vez tocó turno en la estatal de telecomunicaciones. Ya soltaron el comunicado: unos 500 empleados, con todo y sus familias a partir del otro mes se quedan boqueando. Y mientras unos botan saliva para sobrevivir, otros botan gente como quien se sacude el polvo de los zapatos.
PATINETA
Y como el papel lo aguanta todo hasta las farsa, tras bastidores sigue siendo un misterio cuánto billete mueve el Mecanismo, ese engendro burocrático que nació con la excusa de proteger periodistas, defensores y abogados, pero que en la práctica solo sirve para blindar a los mismos de siempre. Hoy por hoy, al menos cuatro funcionarios gozan de carros blindados gracias a este Frankenstein institucional, cuando hace apenas cinco años no tenían ni para una patineta prestada.
RAÍCES
Mientras tanto, los privilegios siguen echando raíces profundas en ese parto malogrado, porque hasta una funcionaria del servicio exterior exiliada diplomáticamente en las tierras de Fidel anda blindada. Eso sí, solo la usa cuando le toca regresar a hacer turismo VIP por las calles catrachas, porque en un descuido el pueblo raso le roza el vidrio polarizado.
COPITAS
Adivina, adivinador, ¿quién será esa flamante premiada que no solo se pavonea con carro blindado pagado por el estado, sino que hasta se dio el lujo de estrellarlo tras un par de copitas, en un viajecito de placer por las tierras del hibueras, con todo y marido de chofer?
COLMO
Reparaciones de lujo que, por supuesto, no salieron de su billetera sino del Mecanismo, como si fuera su fondo personal. Para colmo, en una ocasión anterior el vehículo también terminó estrellado por la misma irresponsabilidad, solo que ese día ella ni siquiera iba a bordo. O sea, le cedió el volante a otro en su ausencia como si fuera Uber de confianza, pasando por alto que eso está terminantemente prohibido.
MAQUINONA
Tras el polvo que levantó el patriarca en la Baika, ahora el chambre es que el dueño es incluso de su propia sangre. Pero lo que más despierta suspicacias es: ¿desde cuándo un fatiga moteada ajusta para comprarse esa maquinona tan cara?
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