Este día desde tempranas horas, varios reos que estaban recluidos en la cárcel de máxima seguridad «El Pozo» en Ilama, Santa Bárbara, fueron retornados hacia el centro penitenciario en Trujillo, Colón.
Según notificaron las autoridades del país, estos reclusos son los mismos que el pasado 6 de junio fueron llevados de Colón hacia Santa Bárbara. Sin embargo, antes hicieron una parada en el centro penal de San Pedro Sula.
En aquella ocasión se trasladó un total de 12 reos pero en este momento se desconoce si todos ellos regresan a Trujillo. Estos reclusos son considerados con un alto grado de peligrosidad.
Se dijo al respecto, que el motivo de la reubicación sería para evitar más motines dentro de las cárceles de máxima seguridad. Dentro de los últimos días se ha registrado al menos dos muertes en uno de los centros.
A eso de las 7 de la mañana, el vehículo del Instituto Nacional Penitenciario (INP) se transportaba a la altura de La Lima. Asimismo, los trasladados iban resguardados por una patrulla militar con al menos cuatro miembros policiales.
Reos muertos en cárcel de máxima seguridad
Las autoridades del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público, están en un dilema tras no poder identificar correctamente al reo que perdió la vida en la cárcel de máxima seguridad “La Tolva”, ubicada en Morocelí, El Paraíso.
El problema recae en que el Instituto Nacional Penitenciario (INP), tenía en sus registros al recluso asesinado como:
- Julio César Osorio Gordón de 32 años de edad.
De acuerdo a información, este ingresó al Centro Penitenciario de Támara en el 2008. Esto, luego de ser condenado a 84 años de cárcel por asesinato, asociación ilícita y almacenamiento ilegal de armas prohibidas.
No obstante, el hondureño privado de libertad no aparece inscrito ante el Registro Nacional de las Personas (RNP).
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En ese sentido, la portavoz de la morgue capitalina, Issa Alvarado, afirmó que ya se le practicó la respectiva autopsia.
Asimismo, indicó que a Osorio Gordón se le aplicó el procedimiento del método de dactiloscopia. Como no estaba registrado en el RNP, ha sido difícil su identificación mediante ese sistema.
Cabe recordar, que el recluido en “La Tolva” era un presunto miembro de la pandilla 18. Además, fue asesinado supuestamente por los mismos integrantes de su pandilla.
