Internacional. Un hombre lituano, de 69 años, ha sido elogiado por su «extraordinaria resiliencia» después de que los trabajadores de servicios de emergencia se vieron obligados a amputarle la pierna durante una operación de rescate de 20 horas en el remoto suroeste de Tasmania, en Australia.
El hombre, que permanecía en estado crítico en el hospital Royal Hobart, había estado viajando con un grupo de 11 turistas en un paseo de rafting de varios días en el remoto río Franklin. Éste se resbaló en una roca mientras caminaba junto al río y quedó atrapado, parcialmente sumergido, en una grieta durante casi 20 horas.
Tras el incidente, Mitch Parkinson, paramédico de cuidados intensivos de Ambulance Tasmania, fue una de las primeras personas que llegó al lugar. Dijo que fue «el caso más difícil en el que he participado».
«Era un hombre excepcionalmente fuerte y resistente y se mantuvo así durante toda la noche», reveló Parkinson. «Nos esforzamos por mantenerlo lo más caliente posible, por alimentarlo y que bebiera tanto como pudiera», añadió.
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Rescate
Por su parte, uno de los dos salvavidas que trabajó para liberarlo, Ace Petrie, contó que cuando llegó hasta el hombre, estaba sumergido desde el pecho hacia abajo en agua que se movía rápidamente.
«No hablaba bien el inglés», dijo Petrie. «Cuando intentábamos sacarle la pierna, decía ‘oh, tengo la pierna rota’. Aparte de eso, no podíamos dejar de pensar en la situación y hablar con él sobre su familia. Eso fue muy duro», relató.
Además, detalló que «estaba atrapado como un reloj de arena. Tenía la rodilla atrapada entre las rocas en una sección profunda de ese rápido. Había una serie de peligros que tuvimos que sortear para poder acceder al paciente».
El nivel del agua bajó a medida que continuaba la operación, pero no tanto como esperaba el personal de los servicios de emergencia. Petrie dijo que hizo todo lo que pudo para liberar al hombre.
Para ello, utilizaron cuerdas, poleas, además, de bolsas de aire y herramientas hidráulicas para intentar mover las rocas sumergidas que lo tenían atrapado. «Estas máquinas tienen una capacidad de 50 toneladas, pero no movíamos las rocas en absoluto. Esto duró unas 10 o 12 horas en diferentes escenarios», agregó Petrie.