AFP.- Los equipos de emergencia rescataron este viernes a una niña que estuvo casi 60 horas atrapada por un deslizamiento de tierra en un pueblo minero de Filipinas que mató a al menos 15 personas y dejó a más de cien desaparecidos.
El desprendimiento de tierra ocurrió el martes por la noche en el pueblo de Masara, en la isla meridional de Mindanao, la segunda más grande de Filipinas.
La niña, que según la Cruz Roja de Filipinas tiene tres años, resultó hallada por los servicios de rescate, que cavan entre los escombros con palas y sus propias manos en busca de supervivientes.
«Es un milagro», dijo el encargado local de la agencia de gestión de desastres, Edward Macapili, a la AFP. «Esto da esperanza a los socorristas», agregó.
Un video publicado en Facebook muestra a un rescatista llevando en brazos a la niña que llora y está cubierta de barro. «Podemos ver en las publicaciones en las redes sociales que la niña no presenta ninguna herida visible», añadió la misma fuente.
La Cruz Roja publicó unas fotos en Facebook en las que aparecen trabajadores de esa organización llevando a la niña, envuelta en una manta de emergencia y conectada a una bombona de oxígeno. La pequeña fue trasladada a un hospital cercano, en la ciudad de Mawab.
Destrucción y muerte
El alud de barro provocado por recientes lluvias destruyó numerosas casas. Además, sepultó tres autobuses y una camioneta usados para transportar a los trabajadores de una mina de oro.
Al menos 15 personas murieron y 31 resultaron heridas. Más de un centenar de personas siguen desaparecidas, según el último balance de las autoridades.
Los tres autobuses y la camioneta se encontraron «en la zona cero», indicó la empresa que explota la mina, Apex Mining, en un comunicado.
Según informaciones preliminares, en los vehículos accidentados había al menos 20 trabajadores de la mina.
Una portavoz de la empresa, Teresa Pacis, indicó a la AFP que dentro de los vehículos no se encontró ningún cuerpo, aunque había varios cadáveres en las inmediaciones.
Los desprendimientos de tierra son frecuentes en este archipiélago del sudeste asiático por su terreno montañoso y las precipitaciones. Asimismo, por la desforestación provocada por la minería, la agricultura o la tala ilegal.