TEGUCIGALPA-HONDURAS. Ya ha sido repatriado al país el cuerpo del tercer hondureño que murió producto de un disparo de bala de goma que impactó en su cabeza en la frontera de Guatemala con México.
El compatriota identificado como Henry Adalid Días Reyes de 26 años de edad viajaba con rumbo a los Estados Unidos en la segunda Caravana de Migrantes que salió desde Honduras.
Lamentablemente, el pasado 28 de octubre, el catracho murió después que una bala de goma impactara en su cabeza tras el enfrentamiento entre migrantes y policías en la frontera de Tecún Humán.
Según trasciende, los restos mortales del compatriota estarían llegando a Tegucigalpa en los próximos minutos.
Familiares, seres queridos, vecinos, y amigos del ahora occiso están consternados ante la irreparable pérdida. Los parientes esperan el arribo del cuerpo de Henry en su casa de habitación ubicada en la colonia 19 de septiembre de Tegucigalpa.
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Conocidos calificaron a Henry como un joven humilde y trabajador
Personas que lo conocían lo calificaron como un joven amable, humilde, trabajador, y muy dedicado a su familia.
Asimismo, varios niños del sector que eran sus amigos manifestaron que Henry era muy bueno con ellos porque les regalaba dinero cuando le pedían.
De igual forma, los infantes pidieron por el alma de su amigo, y porque Dios lo perdone si cometió algo malo. También, que lo reciba en su santo seno por la eternidad.
Testimonios de los presentes establecieron que la compañera de hogar de Henry se fue primero para EEUU. Por lo que, él después decidió irse con rumbo a la nación del norte en la caravana que salió desde San Pedro Sula.
Bomberos voluntarios trataron de salvarle la vida
Cabe señalar que bomberos Voluntarios trataron de salvarle la vida al catracho. Sin embargo, lamentablemente murió durante el trayecto hacia el hospital nacional ubicado en Coatepeque.
Como se recordará que el pasado domingo un grupo de migrantes hondureños intentó pasar a la fuerza la frontera entre Guatemala y México. No obstante, las autoridades guatemaltecas intentaron detenerlos, lo que provocó una batalla campal en la que se lanzaron piedras, palos y tubos por parte de los hondureños. Por el lado de los policías, estos reprimieron a la multitud con disparos de bala de goma, así como también con gases lacrimógenos y tipo pimienta.
Los migrantes no pudieron ingresar a territorio mexicano, pues las autoridades de aquel país han colocado barreras y enviaron un helicóptero a patrullar el puente fronterizo.
Horas después, en un comunicado, el Ministerio de Gobernación llamó “acciones vandálicas” a lo hecho por los hondureños y aseguró que cinco policías resultaron con heridas.
