Honduras.- Jeffry Rivera, el hondureño sobreviviente de la masacre ejecutada por Francisco Oropesa en Texas, contó para un medio internacional que realizaron las primeras llamadas al 911 poco después de que le pidieron al mexicano que disparara hacia otro lado, pero la policía de San Jacinto no se apersonó.
El compatriota, esposo de la fallecida Diana Velázquez, dijo que durante la discusión escucharon unas sirenas a la distancia y pensaron que se trataba de las autoridades.
No obstante, el apoyo policial del condado nunca llegó a la casa para evitar lo que se convirtió en una tragedia.
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«Pensé que ya no iba a pasar nada más. Y le digo yo al ratito a él: ‘Ey, compa, las ambulancias nunca llegaron, la policía nunca llegó’. Le estamos marcando otra vez y contestaron: ‘Sí, ya mandamos una patrulla en camino'», dijo Rivera.
Seguidamente, reveló que toda la familia ingresó a la vivienda y él corrió a la parte trasera de la casa. Cuando regresó se percató de que Oropesa le había disparado a su sobrino y comadre, quienes estaban tirados en piso de la cocina.
Rivera se paró frente al asesino mexicano, luego lo persiguió para dispararle, pero no pudo arrebatarle la vida. Cuando evitó la muerte, llamó al 911 y le gritó a la operadora «Están matando a mi familia».
Buscan endurecer las penas
Las autoridades judiciales expresaron para un medio internacional que están buscando endurecer las penas contra el mexicano Oropesa.
Asimismo, informaron que la fianza que debe pagar el actor de la masacre incrementó a 7.5 millones de dólares.
Finalmente, aseguraron que por la magnitud del crimen podría ser candidato a optar la pena de muerte.
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