Redacción. Las redadas migratorias en Estados Unidos afectan no solo a las familias indocumentadas, sino también a sus mascotas. Cuando las autoridades deportan a migrantes, perros y gatos pierden a sus cuidadores y su hogar. Muchos se convierten en víctimas colaterales de estas políticas, sin nadie que los alimente o los proteja.
Durante estos operativos, los agentes migratorios detienen a personas sin considerar el destino de sus animales. Algunos familiares o amigos intentan cuidarlos, pero muchos no pueden hacerlo. Otros migrantes dejan a sus mascotas encerradas en casas vacías o las abandonan en las calles.
Los refugios del condado de Los Ángeles recibieron al menos 15 perros entre el 10 de junio y el 4 de julio, según informó Los Ángeles Times. En el refugio de Palmdale, los trabajadores registraron el doble de abandonos en junio de este año en comparación con el mismo mes del año pasado.
El miedo impide el cuidado veterinario
Muchos migrantes evitan acudir al veterinario por miedo a ser detenidos. Las clínicas ubicadas en zonas con redadas frecuentes reportan múltiples cancelaciones de citas, lo que pone en riesgo la salud de los animales.
Yvette Berke, de la organización Cats at the Studios, alertó sobre el peligro de dejar a los animales encerrados. “Si nadie los rescata, pueden morir de hambre en casas o patios abandonados”, advirtió.
El caso de Chuco: sin dueño y sin futuro
La historia de “Chuco”, un pitbull de tres años, refleja lo que viven muchas mascotas. Las autoridades arrestaron a su dueño en una tienda Home Depot y lo deportaron a México al día siguiente. Sin nadie que lo reclamara, el perro terminó en un refugio.
Proyecto SPAY intentó encontrarle un hogar, pero no lo logró. Según El Universal, Esther Ruurda, cofundadora de la organización, explicó que muy pocos adoptantes aceptan perros adultos, sobre todo si son pitbulls machos. Esta situación condena a muchos de ellos a vivir encerrados o ser sacrificados.

Organizaciones luchan por salvarlos
Varias organizaciones, como Michelson Found Animals, rescatan animales afectados por las redadas. Sin embargo, no logran atender a todos los casos por la cantidad de mascotas abandonadas.
Jennifer Naitaki, representante de la fundación, afirmó que las políticas migratorias actuales convierten a perros y gatos en “daños colaterales”. Mientras las autoridades continúan con las redadas, más animales pierden su hogar y su seguridad.
Un problema que trasciende fronteras
Las redadas no solo rompen familias humanas, también separan a las personas de sus animales. Sin un sistema que proteja a estas mascotas, muchas seguirán sufriendo las consecuencias de decisiones que van mucho más allá del control migratorio.
