Redacción. En horas de la mañana de este jueves, agentes federales de inmigración realizaron un operativo en una obra de construcción de edificios de apartamentos ubicada cerca de la Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee.
Durante la intervención, al menos 30 trabajadores fueron detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con el apoyo de la Patrulla de Carreteras de Florida (FHP).
El operativo, calificado como sorpresivo por testigos, fue presenciado por familiares, amigos y colegas de los trabajadores, quienes observaron con angustia cómo las autoridades interrogaban y arrestaban a las personas en pleno sitio de trabajo.
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Videos virales de medios locales mostraron a los detenidos, esposados en fila, mientras los uniformados los trasladaban dentro de un autobús blanco con ventanas enrejadas, hacia un destino desconocido.
Algunos lograron hablar brevemente con los medios presentes a través de las ventanas del vehículo.
“Nos tratan como criminales”, dijo Gerónimo, un trabajador mexicano detenido. “Ni modo”, agregó resignado. “No se valora lo que hacemos aquí. Ahora vamos a devolver esa energía a nuestro país”, expresó.
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Hay hondureños
Los reportes señalan que entre los arrestados hay personas de nacionalidad nicaragüense, venezolana, mexicana y hondureña. Uno de ellos afirmó tener residencia permanente en Estados Unidos.
ICE emitió un comunicado, en el que explicó que la redada formó parte de una investigación en curso en la región de Tallahassee y que acudieron al sitio con órdenes de allanamiento.
No quedó claro si todos los detenidos estaban previamente identificados por las autoridades o si los arrestaron solo por estar en el lugar.
Uno de los casos que más indignación provocó fue el de Faustino Macedo, un padre de 41 años con esposa e hijos ciudadanos estadounidenses.
Su esposa, Amanda Parrish, explicó que él llevaba 14 años trabajando para la misma empresa, estaba en proceso de obtener la residencia permanente y no tenía antecedentes penales.
Impotencia
Desde el otro lado de la valla de la obra, observó cómo su esposo permanecía de pie durante horas, mientras lo interrogaban. “Esto es lo que hubiera querido que no pasara”, dijo entre lágrimas. “No son solo inmigrantes. Tienen familia”.
Lila Muñoz, de 22 años, también presenció la escena desde afuera. Su padre fue uno de los detenidos, al igual que su tío. Recordó una conversación reciente en la que sus padres intentaron prepararla a ella y a sus hermanos menores para una posible redada.
“Me duele que las familias tengan que hablar de esto con sus hijos”, expresó con la voz entrecortada. “Nunca ha hecho nada ilegal. Simplemente, trabaja duro todos los días para mantener a su familia”. Su padre, aseguró, “quería que fuéramos fuertes”.
El caso evidencia nuevamente la colaboración entre autoridades federales y estatales en Florida para ejecutar políticas migratorias más estrictas.
Desde el inicio de la administración de Donald Trump, el gobernador Ron DeSantis ha impulsado activamente la participación de fuerzas locales en operativos migratorios, lo que ha resultado en múltiples redadas y centenares de arrestos en el estado.