TEGUCIGALPA, HONDURAS. Juan Orlando Hernández arribó a Nueva York, Estados Unidos, minutos antes de las 11:00 p.m. del jueves 21 de abril, luego de concretarse el proceso de extradición por narcotráfico y posesión de armas de fuego. La trayectoria criminal que inició en 2004, según la justicia estadounidense, llegó a su fin.
La acusación del país del norte señala que hace casi 20 años en el corazón de Centroamérica inició una “violenta conspiración de narcotráfico” que ingresó a su territorio toneladas de cocaína que salían de Colombia y Venezuela. Usando rutas aéreas y marítimas se movilizaron, hasta 2022, más de 500 mil kilogramos de droga a través de Honduras.
Esos 18 años le habrían costado al ex presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, una solicitud de extradición que llegó a la Cancillería de Honduras el 14 de febrero. Su captura se ejecutó el 15 de febrero en su hogar en la residencial San Ignacio, Tegucigalpa.
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Desde el juicio de su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández, el nombre de Juan Orlando retumbó una y otra vez en los testimonios clave brindados por narcotraficantes.
En el documento de extradición, EE.UU. respaldó las menciones y aseguró que el expresidente recibió millones de dólares en sobornos de narcos a cambio de protegerlos de investigaciones, capturas y la extradición. Además, JOH, como popularmente le llaman, usó a la estructura policial y militar para proteger los cargamentos de droga que pasaban por Honduras, permitiéndoles cometer brutales actos de violencia en completa impunidad.
Pero la trayectoria del expresidente que violentó la Constitución para reelegirse va más allá que tres acusaciones por tráfico de cocaína y armas. Este fue el recorrido criminal de Hernández desde 2004, de acuerdo al documento de Estados Unidos:
En 2005, siendo diputado de Honduras y compitiendo por la reelección, JOH aceptó 40 mil dólares del narco Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”. A cambio, el congresista le brindó información y protección para el traslado de droga por el país.
En 2009, JOH aspiraba a la presidencia del Congreso Nacional, y nuevamente “El Rojo” le aportó 100 mil dólares con la promesa de que, si ganaba el cargo, pondría a funcionarios afines en puestos clave de la aplicación de la ley y le proporcionarían más datos sobre los movimientos de la Policía Nacional y El Ejército para facilitar sus actividades delictivas.
En ese mismo año, cuando Porfirio Lobo Sosa se lanzaba a la presidencia del país, JOH y “Pepe” habrían trabajado juntos y obtuvieron 2 millones de dólares del entonces alcalde de El Paraíso, Copán, Amílcar Alexander Ardón, alias “Chande”. A cambio, Hernández y Lobo le prometieron protegerlo de la detención y extradición. Así como nombrar a un pariente y co-conspirador de Ardón en un puesto del gobierno.
En 2010, tras quedar electo presidente “Pepe” Lobo, y que JOH asumiera la titularidad del Poder Legislativo, nombraron a “CC-1” en una agencia hondureña y adjudicó contratos a empresas falsas para lavar dinero del narcotráfico. Desde entonces, con la protección de JOH, “Chande” y “Tony” transportaron unos 30 mil kilógramos de cocaína en cargamentos mensuales, usando helicópteros, aviones y hasta barcos para el traslado y con el apoyo de la Policía. Sintiéndose “intocables”, sellaron los paquetes de droga con las iniciales TH y AA.
En 2012, JOH apoyó una reforma a la Constitución para permitir la extradición hacia EE.UU., aunque en reuniones privadas, él y “Tony” se comprometieron a proteger a sus aliados en el narco a cambio de sobornos y apoyo en las elecciones donde buscaría el puesto más alto: la presidencia de Honduras.
En 2013, Juan Orlando aceptó un millón de dólares de Joaquín “El Chapo” Guzmán para su campaña política, que fueron enviados con su hermano. En ese momento, Tony, Ardón y los Valle Valle trabajaban con el Cártel de Sinaloa para mover droga con seguridad armada a través de Honduras. Siendo presidente del Congreso, JOH prometió, por ese soborno, proteger los cargamentos del cártel mexicano.
Previo a elecciones, el expresidente también se valió de “CC-1” y utilizó el dinero para “comprar” a funcionarios que manejaban los centros de votación que manipularon los votos a su favor. A cambio del fraude, prometió proteger y apoyar a Ardón.
En 2014, JOH fue electo presidente de Honduras. Ahí comenzó su asociación con Geovanny Fuentes Ramírez, que operaba un laboratorio de cocaína en la zona norte del país. El trato fue simple: El presidente aceptó 25 mil dólares de soborno a cambio de protegerlo de las fuerzas del orden, tener acceso a su laboratorio, brindarle protección de las Fuerzas Armadas, que se reportara directamente con su hermano Tony para el narcotráfico y su mayor objetivo: “meterle droga a las narices de los gringos”.
Ese mismo año, en reunión con sus aliados, JOH dijo que extraditaría a los líderes del cártel de los Valle Valle porque orquestaron un plan para asesinarlo pero aseguró que protegería a sus socios, incluido Ardón.
Hasta 2016, JOH brindó información sensible sobre la lucha contra el narcotráfico a “El Rojo”, como operaciones del Ejército, los esfuerzos de Estados Unidos en operaciones antinarcóticos, nuevas estrategias y capacidad de los radares militares. Durante 12 años, JOH apoyó a Tony y “El Rojo” para transportar 140 mil kilogramos de cocaína.
En 2017, cuando buscaba la reelección presidencial, Ardón aportó 1,5 millones de dólares para la campaña de Juan Orlando; el dinero se usó para su campaña en Copán y Lempira, y para sobornar a políticos y funcionarios electorales para que lo apoyaran en elecciones.
En 2018 llegó una noticia que estremeció a JOH, la Corte del Distrito Sur de Nueva York acusó a Tony por narcotráfico. Después de la captura y antes de que su hermano fuese declarado culpable y condenado, continuó la coordinación del tráfico de drogas en Honduras. En el juicio de Tony, al reelecto presidente hondureño lo mencionaron abiertamente como co-conspirador y ese proceso sirvió para asentar que también estaba implicado.
En el juicio de Tony, presentaron pruebas contra el entonces presidente de Honduras, como:
- Una ametralladora con el nombre de JOH.
- Libros de contabilidad de droga que pertenecían a otro narco hondureño, con los nombres de Tony y las iniciales JOH, y que mencionaban grandes pagos.
- Además de las menciones en los testimonios de los narcotraficantes.
En el documento de extradición, Estados Unidos menciona que una semana después de la condena de «Tony» Hernández, en una cárcel de máxima seguridad, presos asesinaron a Magdaleno Meza, alias “CC-2”, para evitar que cooperara para entregar a JOH y aliados.
Así, el 15 de febrero, Juan Orlando Hernández fue capturado en su vivienda bajo un nutrido resguardo policial y militar. Ese mismo día lo presentaron ante los medios y lo enviaron a la sede de las Fuerzas Especiales o el Comando Cobra donde guardó prisión. El miércoles 16 se presentó a la primera audiencia donde confesó sentir miedo y pidió arresto domiciliario, una petición que denegaron los magistrados el jueves 24.
El 28 de marzo fue un día crucial en el caso, los magistrados ratificaron por unanimidad la extradición de Hernández. Mientras que el 14 de abril el juez remitió a Cancillería el expediente para coordinar la entrega. Luego se confirmó que el jueves 21 era el día.
El operativo para entregarlo a la justicia de EE.UU. inició a tempranas horas, lo resguardaron francotiradores, cuatro helicópteros y varios anillos de seguridad, algo nunca antes visto en Honduras, según el ministro Ramón Sabillón.
Mientras la familia de JOH señala una violación a sus derechos el día de su captura y en su proceso de cárcel, otras hacen eco de los 18 años de actividades de narcotráfico que pesan en su contra y las implicaciones en múltiples actos de corrupción que todavía siguen impunes en Honduras.
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