TEGUCIGALPA, HONDURAS. Llegó la reconciliación para dos líderes evangélicos en la capital del país, los pastores de las iglesias Centro Cristiano Internacional (CCI) y Amor Viviente llevaban varios años en contienda y decidieron dejar sus diferencias atrás.
El líder religioso del CCI, René Peñalba, y el de Amor Viviente, Carlos Marín Montoya, acordaron pedirse perdón. La reconciliaron llegó luego de 25 años, cuando la iglesia Amor Viviente sufrió una dolorosa ruptura que acabó con la salida del pastor Peñalba.
Cabe señalar que ambos religiosos tuvieron que recordar la orden de Dios en su palabra: «Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial».
Los sucesos que desencadenaron esta división marcaron a la congregación que también se dividió. La ruptura dio lugar a la fundación del Centro Cristiano Internacional en 1999 y a partir de ese momento, ambas iglesias continuaron su labor evangelizadora.
Por muchos años la herida no había sanado y el dolor yacía oculto entre los dos pastores. Fue el pasado jueves cuando ambos firmaron un acuerdo de reconciliación para poner fin a sus años de separación.
Un abrazo intenso y prolongado marcó el acontecimiento. La imagen describía por sí misma el momento. Un acto conmovedor y de alta carga espiritual. Para probar que el acuerdo no es solo papel, ambas iglesias comenzarán a trabajar juntas en algunas actividades.
Por su parte, el pastor de Amor Viviente, Carlos Marín, ya ha sido invitado a tomar el púlpito del CCI como predicador invitado en la Cumbre Global que tendrá lugar en enero.
Luego de estrecharse la mano y abrazarse, ambos líderes dirigieron su oración a bendecir el país y a pedir que ese espíritu de reconciliación y perdón se extienda en la nación.
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Sépalo
Por otra parte, a través de un audio, el cual ya circula en la redes sociales, el
líder de la Iglesia de Cristo Ebenezer, German Ponce, solicitó a sus hermanos en la fe
orar por la salud de su esposa, Ninoska de Ponce.
Sin dar mayores detalles del estado actual de su esposa, dijo lo siguiente: “Un abrazo para todos; les ruego a todos su apoyo. Sí quisiera que fueran tan amables de que, en sus equipos, aunque no tengan todos espíritu de oración, estén orando: les ruego que pongamos en oración a Ninoska”, expresó el pastor.
Sus palabras dichas con un tono afligido dan a entender la situación compleja y difícil que la pareja está atravesando. Pues continúa diciendo “hoy sí necesito que se lo digan a todos sus equipos”.
